Un rayo de esperanza para los enfermos de Crohn, seguramente una de las tipologías de paciente que con más literalidad se ajusta a la palabra, ya que padecen lo insufrible y su calidad de vida es «espantosa», según la definió el doctor José Manuel Herrera. Lo hizo durante la presentación de los avances que proporciona una novedosa terapia con células madre que ayuda a eliminar las incómodas y dolorosísimas fístulas perianales y cuya investigación a nivel europeo ha liderado el hospital Virgen del Rocío. Los primeros resultados indican que al menos la mitad de los enfermos a los que se somete este tratamiento se curan de la fístula, que no de la enfermedad, que por desgracia es a día de hoy para toda la vida.
La enfermedad de Crohn afecta al intestino y al ano y su prevalencia es relativamente alta: 116,5 casos por cada 100.000 habitantes (o lo que es lo mismo, uno cada mil). En el Virgen del Rocío hay entre 1.200 y 1.400 pacientes con la enfermedad, de los que el 40 por ciento presenta esta patología perianal. Se podrían beneficiar unos 50 pacientes al año, según calculan los expertos.
Uno de ellos es Fernando de la Portilla, responsable de la unidad de Coloproctología y que fue el encargado de exponer las ventajas y resultados de esta técnica vanguardista, que viene a sustituir a la cirugía, la principal terapia en la actualidad. «La cirugía no resuelve el problema, es más a veces provocamos más enfermedad de la que queremos vencer», reconoció el doctor, que explicó que el tratamiento con células madre se puede realizar «con células autólogas (del propio paciente) o alogénicas (de un donante), procedentes de la grasa del abdomen». Se suele optar por lo segundo ya que «si es del propio, hay que pasar dos veces por el quirófano, pero si es de donante no hay que hacer una liposucción y no hay que realizar dos cirugías, es un tratamiento con un fármaco».
COMO ANTIINFLAMATORIO
Las células se emplean en realidad con un papel antiinflamatorio local: «No se cierra la fístula por regeneración, se trata de extirpar las células infectadas que producen la inflamación y realizar una inyección celular en la zona para que la cicatrización sea efectiva».
La investigación, que ha sido publicada en la prestigiosa revista Lancet, comenzó en 2009 reclutando pacientes para los ensayos clínicos, que en una primera instancia iban encaminados a demostrar la seguridad de la terapia. Ese ensayo fue publicado en 2013. La segunda fase, centrada en la eficacia, ha arrojado resultados excelentes: se cura de la fístula al menos en un 50 por ciento de los casos en un plazo de tres meses, y para comprobarlo se les ha realizado un seguimiento de 24 meses.
Han participado 212 pacientes y 49 hospitales, 14 de ellos españoles, de siete países de Europa más Israel. En el centro sevillano han colaborado en los ensayos clínicos radiólogos, cirujanos, biólogos, gastroenterólogos, ingenieros de la Salud...
Se trata de todo «un hito», según De la Portilla. «Es un punto de esperanza para los pacientes, pero no está todo resuelto», advirtió el doctor, pues para empezar «no todos los enfermos de Crohn son susceptibles de recibir el tratamiento, sólo se aplica cuando no hay alternativas, a enfermos en los que han fracasado todas las terapias anteriores». Algo más optimista fue el director gerente de los hospitales Virgen del Rocío y Macarena, Manuel Romero: «Es un hallazgo muy importante», dijo antes de calificarlo como «una nueva puerta. Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío», añadió.
La investigación tiene un coste elevado, pero la producción de las células no es muy cara gracias a las infraestructuras disponibles en Sevilla, como el Cabimer. En cambio, la terapia biológica cuesta 700 euros por cada dosis y cada paciente se tiene que poner unas seis dosis al año, esto es, 4.200 euros por paciente y año.
MUCHOS JÓVENES AFECTADOS
El doctor Herrera puso el dedo en la llaga al asegurar que «los pacientes no son muy frecuentes en la población general, pero afecta mucho a jóvenes. El gasto sanitario es enorme porque es una enfermedad para toda la vida, los pacientes tienen una calidad de vida pésima», dijo antes de apuntar que «los grandes avances en los tratamientos han mejorado las perspectivas, pero es una patología que con frecuencia necesita cirugía, por lo que debe haber cirujanos con una amplia experiencia. Este avance no es la panacea, pero sí que se puede aplicar a determinados pacientes y mejorar una calidad de vida que es espantosa», dijo. La edad media es de 30 años: «No mueren por la enfermedad pero llevan toda una vida de sufrimiento».
AÚN SIN FECHA, PENDIENTE DE SER AUTORIZADA Y COMERCIALIZADA
Es complicado determinar a día de hoy cuándo podrá aplicarse esta terapia, que se halla a expensas de la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que debe hacer una auditoría al respecto. Luego vendrá la fase de comercialización por parte de algún laboratorio y por último la de aplicación. «Decir algo sería faltar a la verdad, pero estamos viendo la luz de salida del camino. Hay muchos pasos ya dados, faltan trámites administrativos», explicó De la Portilla, mientras Romero insistió en que «el tiempo que queda por delante es mucho menos que el que hemos dejado atrás. Si damos una fecha lo único seguro es que nos vamos a equivocar, pero está mucho más cerca. Una vez que tengamos el informe favorable de la EMA se abrirá un escenario en el que se podrá empezar a aplicar a los pacientes más graves», avanzó.