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Actualizado: 13 sep 2018 / 16:56 h.

Las empresas dedicadas a la instalación de equipos eléctricos y de telecomunicaciones, contraincendios y de climatización se han convertido en objetivo de robos selectivos de herramientas y maquinaria, que sustraen de las furgonetas de sus técnicos y que se han dado con mayor intensidad en los últimos meses en las zonas de Pino Montano, Sevilla Este y San Jerónimo, según relata Juan Carlos Sevilla, presidente de la Asociación Provincial de Instaladores Eléctricos.

Por esta razón, la patronal de las empresas del metal, Fedeme, ha incorporado en su página web una pestaña para canalizar las denuncias de este tipo de sustracciones con objeto de que los profesionales «en tiempo real y de manera ágil puedan poner en nuestro conocimiento este tipo de hechos y actuemos así como intermediarios de la Policía Judicial para agilizar las labores de investigación relacionadas con este tipo de robos», precisan fuentes de la federación.

Este canal se viene a sumar al que ya está operativo para efectuar otro tipo de denuncias de talleres ilegales y competencia desleal.

Desde el pasado mes de julio, el portavoz de los instaladores y el director gerente de Fedeme, Carlos Jacinto Marín, han mantenido reuniones tanto con el delegado municipal de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, como con el responsable del Grupo de Policía Judicial del Distrito Macarena, quien informó de que se han producido varias detenciones relacionadas con estos delitos, entre ellos, la del supuesto cabecilla de la banda.

Sin embargo, los instaladores temen que, tras un verano «más tranquilo», la actividad delictiva repunte cuando queden libres los arrestados. Constatan que la patrulla de agentes de Policía Local ha servido para minorar el número de robos, algunos de ellos registrados incluso «a plena luz del día», y en los que demuestran tener «muy claro qué es lo que quieren y lo que no».

Se trata de bandas organizadas especializadas en el robo de herramientas de instalación, como son las fusionadoras de cables de fibra óptica –cuyo valor puede oscilar entre los 3.000 y los 15.000 euros– o los medidores de campo, que utilizan los técnicos para comprobar la señal de la televisión (de media cuestan unos 3.000 euros) así como otra maquinaria que roban en naves, «después de hacer seguimientos a las furgonetas», explica Sevilla, que recuerda que los robos en los vehículos no están cubiertos por el seguro.

Son maquinarias y herramientas muy concretas a las que, según los profesionales del sector, se venden en otras provincias e incluso en otros países como Portugal y Marruecos porque borran el número de serie del fabricante. «Desgraciadamente tienen salida en el mercado negro», señala Sevilla.

«Tenemos incluso un vídeo de uno de los robos y el ladrón no tarda más de un minuto en ver dos furgonetas, en abrir una de ellas como si tuviera las llaves y llevarse el material de su interior. No tarda nada y no pierde nada de tiempo. Se ve junto a él a un coche esperando». De ahí que adviertan a los técnicos de las empresas para que eviten dejar herramientas en el interior de los vehículos.