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Actualizado: 10 sep 2018 / 15:53 h.
  • Recompensa al trabajo oscuro pero eficaz de los anestesistas del Macarena
    Enfermeras de la sala de despertar preparan una bomba de analgesia epidural para un paciente operado. / El Correo
  • Recompensa al trabajo oscuro pero eficaz de los anestesistas del Macarena
    De izquierda a derecha, Carmen Chacón, Clara Dong, Reyes Martínez, Antonio Ontanilla, Ana María Hernández, Carmen Sánchez, Lucía Silva, Mercedes Silva, José Miguel Pérez, María Dolores Hernández y María Luisa Morillo. / El Correo

Los anestesistas realizan un trabajo eficaz que, sin embargo, suele quedar en la oscuridad, lejos de los focos. De ahí que sea de justicia la concesión de distintivos de calidad como el que acaba de recibir la Unidad de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Virgen Macarena por parte del Observatorio para la Seguridad del Paciente, organismo dependiente de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA) de la Junta.

Se trata, en concreto, del sello Centro contra el dolor, en su modalidad de dolor perioperatorio. «El distintivo es por aplicar una serie de ítems y buenas prácticas que la ACSA propone. En realidad es valorar lo que venimos haciendo habitualmente en el tratamiento del dolor postoperatorio», que no es sino «trabajar para que el paciente tenga el menor dolor posible después de la cirugía», pues «aparte de los sufrimientos que implica, está demostrado que complica las condiciones del postoperatorio», resume Antonio Ontanilla, director de la citada unidad en el hospital.

El distintivo concedido tiene en cuenta, entre otros, aspectos relativos a la información del paciente, formación de profesionales, evaluación, tratamiento y seguimiento del dolor.

El Macarena realiza al año unas 25.000 intervenciones, tanto urgentes como programadas, en las que la analgesia está protocolizada. Pero son unos 2.300 los pacientes con dolor de moderado a intenso o severo, que «son los que seguimos las siguientes 48-72 horas con una técnica y un protocolo específicos, mediante el uso de perfusiones continuas o un tipo de analgesia controlada llamada PCA (Patient Controlled Analgesia), tanto por vía epidural a través de un catéter como intravenosa», explica.

Para ello hay «un dispositivo formado por un médico y un enfermero que sigue la evolución del paciente», que por lo que general se ha sometido a cirugías como la abdominal, de tórax, prótesis de rodilla o cadera o de la columna... en suma «cirugías de gran agresividad», recalca el doctor Ontanilla.

No obstante, el centro calcula que entre el 80 y el 97 por ciento de los enfermos hospitalizados y sometidos a cirugía mayor experimentan dolor en algún momento de su estancia hospitalaria. Es por ello que «el año pasado se protocolizó el tratamiento para el dolor leve a moderado, para que los cirujanos pudieran disponer de unas pautas y un protocolo autorizado por el centro y que esté a disposición en la farmacia del hospital», relata el responsable de la unidad, que agrega: «Se hizo incluso una tarea de difusión en todos los servicios quirúrgicos».

Para este tipo de pacientes que tiene un dolor que se espera sea controlable, son por tanto los cirujanos quienes hacen el seguimiento y normalmente se les da el alta en 24-36 horas.

«UN TRABAJO SORDO»

Los anestesistas realizan «un trabajo digamos sordo, que no se valora lo suficiente», admite Ontanilla, que explica que «los pacientes conocen más al cirujano porque entre otras cosas lo han visto previamente a la cirugía y lo vuelven a ver después en consulta. Nuestra labor tiene menos brillo, pero no pasa nada porque es así, nos gusta nuestra profesión», añade sin acritud. La unidad está integrada por 367 profesionales e incluye médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, administrativos, etc.

SEGUNDO DISTINTIVO

El distintivo Centro contra el dolor perioperatorio que ha obtenido la UGC de Anestesiología y Reanimación es la segunda distinción relacionada con el abordaje del dolor perioperatorio que recibe el Virgen Macarena en lo que va de año, tras la acreditación de la unidad globalmente. Ontanilla recuerda que «la ACSA ya nos ha otorgado varios distintivos, como el de Limpieza de manos». Mitigar el dolor tiene recompensa.