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Actualizado: 09 may 2018 / 19:56 h.
  • El candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, Beltrán Pérez, en el plató del programa ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV
    El candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, Beltrán Pérez, en el plató del programa ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV

Beltrán Pérez da estos días sus primeros pasos como candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla. Tiene la mirada puesta en recuperar para sus filas el bastón de mando de la Plaza Nueva. Un camino cuyo horizonte está en mayo de 2019 y en el que asegura tener a Sevilla por encima de todo, lema de una campaña en la que anuncia visitas diarias a los barrios y la creación de un Consejo de Ciudad, una especie de comité de expertos, que le ayudará a elaborar su hoja de ruta para Sevilla de cara a los próximos años. Este miércoles, el también portavoz popular en el Consistorio hispalense, participaba de una entrevista en el programa Lo Hablamos de El Correo Televisión en la que explicó los motivos de su candidatura y los pilares en los que se sostendrá su carrera para destronar cuatro años después al socialista Juan Espadas.

Aún así, Pérez prefiere ser prudente. «No estoy todavía en campaña», aseguró. Él explica su incesante actividad de los últimos días de un modo muy diferente. «He pisado el acelerador para que la ciudad sepa qué quiero proponerle». Y para ello, el líder popular volvió a referirse a la puesta en marcha del Consejo de Ciudad, del que por el momento prefirió no revelar ningún nombre. Eso sí, señaló que serán «unas 20 o 30 personas», profesionales de diversos ámbitos, con los que elaborará «el modelo de ciudad» para los próximos años. Juntos a ello, un equipo de trabajo coordinado por Jaime Raynaud. «Él me hizo concejal en 2003 y ahora me hará alcalde de Sevilla». Porque eso es lo único que parece tener claro a estas alturas de la carrera. «Voy a ser alcalde de Sevilla». Así de tajante.

Tiene claro que «es necesario un cambio de rumbo» en la forma que Juan Espadas tiene de gestionar la ciudad. «El PSOE se ha olvidado de los barrios, la ciudad está mas sucia y los vecinos tienen los mismos problemas que cuando llegamos al poder en 2011», asegura. Aunque para él, lo más preocupante del actual equipo de gobierno es que «la ciudad no tiene un modelo a seguir». Frente a este caótico escenario, Pérez promete ser «el alcalde de la limpieza, de la puntualidad del autobús y de la atención en los distritos». Y aunque asume que se cometieron «errores» durante el mandato de Juan Ignacio Zoido, tiene claro que si las condiciones económicas que se encontró Espadas hace tres años hubieran sido las mismas en el mandato popular, su partido hubiera estado «20 años en el gobierno».

De momento prefiere no hacer cuentas, ni dar demasiada importancia a las encuestas publicadas. Prefiere no hablar de pactos, si bien desliza que sería más partidario de uno de investidura que de un acuerdo de gobierno. Tampoco entra en la configuración de las listas. «Aún falta mucho tiempo», dice. Pero sin descartar la posible incorporación de independientes en ellas. Sí tiene muy claro que, «siempre que su apretada agenda lo permita», el ministro Zoido estará en Sevilla para apoyar su candidatura durante la campaña.

En relación a algunos proyectos concretos, el candidato popular habló de la situación del turismo, señalando que «Sevilla debe dejar de ser amable con las despedidas de soltero» y apostó por declarar zonas saturadas de apartamentos turísticos para «evitar que se pierda el alma de la ciudad». En este sentido, insistió en «acabar con la estacionalidad» y que Sevilla se convierta en destino principal de un turismo de calidad que «no es el de lujo».

En cuanto a la cultura, Pérez reconoció que no hicieron «todo lo posible» durante el gobierno de Zoido en el caso de las bibliotecas y apostó por Sevilla como «una ciudad de lectura». Además, señaló que «en materia cultural el PP siempre ha tenido un discurso claro» y abogó por poner «en valor» el patrimonio propio, «el mayor de toda España». También se refirió a algunos proyectos que dependen de la financiación estatal como el Museo de Bellas Artes, cuyo traslado calificó como «fundamental» y prometió abordarlo «pronto».

Su última crítica fue para la decisión del gobierno actual de adelantar la hora de cierre de los bares del centro durante la pasada Madrugá. «Fue una decisión excesiva», sentenció.