Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 21 ago 2018 / 09:43 h.
  • Pediatría «saturada» en uno de cada cuatro centros sevillanos
    Un pequeño agarra entre sus dedos un fonendoscopio, uno de los instrumentos de auscultación más utilizados por los profesionales sanitarios. / El Correo

La cifra media ideal, tirando por lo alto, se situaría en 1.200 niños por pediatra, según el vicepresidente extrahospitalario y atención primaria de la Sociedad de Pediatría de Andalucía Occidental y Extremadura (Spaoyex), Cristóbal Coronel. Pero la realidad es que uno de cada cuatro centros de salud de la provincia de Sevilla supera con creces esa ratio que los profesionales sanitarios consideran adecuada para garantizar a los más pequeños una correcta atención. En concreto, uno de cada cuatro consultas que existen en el territorio sevillano están saturadas, tal y como se desprende de los datos referentes al año 2017 y publicados en el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía (BOPA) el pasado 7 de agosto. Es más, si ese número deseado por los propios médicos se redondeara a la baja, hasta los 1.000 menores, la saturación se extendería a 74 de los centros de salud sevillanos. O lo que es lo mismo, al 60 por ciento de ellos.

En el ranking, el que se lleva la peor parte es el de La Rinconada, cuya ratio media asciende a los 1.735 niños por pediatra, seguido del centro de salud de Tomares, con 1.561, y del de Cantillana, con una media de 1.494. Ya dentro de la capital hispalense, en la octava posición se sitúa el ubicado en la calle Virgen de África, del barrio de Los Remedios, donde la ratio asciende a 1.425 niños por pediatra.

Una posición más baja en este listado, no obstante, no quiere decir que la situación sea mejor. En este sentido, Coronel recuerda que existen zonas de transformación social como Torreblanca o Las Letanías que, con alrededor de 700 niños por pediatra, pueden también considerarse saturadas si se tienen en cuenta las necesidades especiales de su población infantil.

Y cuando llega el verano «se multiplica el problema». El cierre de algunos centros por las tardes implica que los médicos dupliquen o incluso tripliquen sus consultas, lamenta el vicepresidente extrahospitalario y de atención primaria de la Spaoyex. Salteras –cuya ratio se sitúa en 886 niños por especialista– ha sido el último municipio sevillano en sufrir la falta de pediatra durante la época estival. Concretamente, desde mediados del mes de julio del presente año, según denunció el Partido Popular de la localidad. La situación se repite verano tras verano y obliga a los usuarios a «desplazarse a Villanueva del Ariscal o a Olivares para que atiendan a sus hijos, o que sean atendidos por un médico de cabecera, algo con lo que muchos padres no están de acuerdo», señala el PP. «Cualquier época vacacional es un drama porque no se cubren las vacantes», corrobora Coronel. Porque lo sufre en sus propias carnes. Sin ir más lejos, en el centro de Amante Laffón, en Triana donde, con 976 niños por pediatra, son dos especialistas que tienen que taparse el uno al otro cuando llegan los días de descanso.

Ante estas denuncias, el diagnóstico que realiza la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía es que existe «escasez» de especialistas en las bolsas de empleo y alega que la atención pediátrica en la provincia de Sevilla está «garantizada por pediatras de atención primaria o especialistas en medicina de familia en aquellos sitios donde no ha sido posible contratar a pediatras».

Pero, a juicio de la Spaoyex, no es que escaseen facultativos. «Lo que falta es dinero y voluntad de la administración para pagarlos e incentivarlos», denuncia Coronel. «Evitar la sangría de profesionales pasa por premiarlos con buenos contratos y bien retribuidos», añade, puesto que los recortes en sanidad de los últimos años han provocado que este tipo de plazas no sean atractivas para los nuevos médicos y estos prefieran trabajar en los hospitales o incluso en la sanidad privada, donde los contratos son «mejor remunerados y con mayor estabilidad».

Una opinión compartida por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) que, junto a la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (Sepeap), lanzó una campaña de recogida de firmas a través de Change.org «contra la desaparición del pediatra de tu centro de salud». Con más de 160.000 apoyos recabados en apenas seis meses, esta iniciativa alerta del «peligro» en el que se encuentra el modelo actual de asistencia infantil español debido a la «falta de previsión, planificación y el deficiente uso de los recursos por parte de las correspondientes administraciones sanitarias». El objetivo, por el momento, es llegar al medio millón de firmas y elevar el asunto al Congreso de los Diputados.

¿QUIÉN ATIENDE A MI HIJO ENTONCES?

Si la escasez de especialistas es un hecho reconocido por el propio Servicio Andaluz de Salud (SAS), la pregunta se hace inevitable: ¿quién atiende a los niños cuando no hay pediatra? Y la respuesta la da la propia Junta de Andalucía: los médicos de familia. En concreto, en la provincia de Sevilla esto sucede en el 20 por ciento de los casos, dado que de las 296 plazas para pediatras existentes en los centros de atención primaria, 65 las ocupan facultativos de familia.

En el Área de Gestión Sanitaria de Osuna es donde mayor proporción se da, con 16 médicos de familia en las 26 plazas totales de pediatría que existen. La causa, según las asociaciones de pediatras, es que esta área engloba consultas rurales de la comarca de la Sierra Sur que a los profesionales les suponen más desplazamientos «y no les compensa recorrer tantos kilómetros para contratos que, con suerte, alcanzarán los 15 días», explica el vicepresidente extrahospitalario y atención primaria de la Sociedad de Pediatría de Andalucía Occidental y Extremadura (Spaoyex), Cristóbal Coronel. De hecho, en otros distritos de atención primaria como el de Sevilla, de 110 plazas de pediatría disponibles, solo en una quincena de ellas hay médicos de familia.

A juicio de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la atención a los niños por parte del especialista en pediatría es fundamental para lograr la excelencia. En varios estudios realizados por este colectivo, recogidos por el presidente de la Spaoyex, Juan Luis Pérez Navero, en un artículo, se ha demostrado que la población infantil atendida por pediatras presentaba porcentajes de vacunación superiores a los de los médicos de familia o generales. O que los pediatras presentan una mayor capacidad de resolución para otras enfermedades de gran prevalencia durante la infancia y la adolescencia, como son el asma, la otitis media y gastroenteritis.

Con todo, Sevilla no es la provincia andaluza que más proporción de médicos de familia tiene en plazas de pediatría. En Almería, esta situación se da en el 57 por ciento de los casos, y en Huelva el porcentaje asciende al 54,2. La provincia de Málaga, por contra, apenas tiene un 7 por ciento de médicos de familia haciendo funciones de pediatra.

La Junta de Andalucía, por su parte, defiende que los médicos de familia «están perfectamente capacitados y cuentan con la formación necesaria para atender a los menores» y recuerda que la escasez de profesionales en determinadas especialidades, entre las que se encuentra la pediatría, se da no solo en la comunidad andaluza, sino también en el resto de España. Sin embargo, la AEPap apunta a que hay al menos una comunidad en la que existe un pleno de pediatras por plaza: La Rioja cuenta con el 100 por cien.

Envejecimiento

Otra de las preocupaciones de los colectivos de profesionales es el envejecimiento de las plantillas de pediatría que no están contando con recambios. En Andalucía, la media de edad del especialista se sitúa en 50,87 años, según los datos del SAS. Así, los facultativos de entre 50 y 59 años suponen el 40,4 por ciento de los profesionales totales, seguidos por los mayores de 60 años, que alcanzan el 23,5 por ciento. Los menores de 30 años copan un irrisorio 1,35 por ciento de todos los pediatras que ocupan plaza en atención primaria.