Rafa Serna, que ha tomado la alternativa esta tarde en la plaza de la Real Maestranza, ha resultado cogido por el toro de su doctorado al entrar a matar.
La cornada llegó al montar la espada, cobrando una fulminante estocada que hizo rodar al toro sin puntilla. El animal, que siempre había echado la cara arriba, no perdonó al nuevo matador y le alcanzó en la axila tiñendo de sangre el flamante vestido de torear que le había diseñado el pintor sevillano Ricardo Suárez. Serna sabía que iba herido y entró por su propio pie en el callejón pero las asistencias lo cogieron en volandas para entrar en la enfermería. Ya no podría salir para matar al sexto. Ahí acabó su tarde.
Comenzaba una larga operación con anestesia general que, en contra de las primeras noticias que llegaron de la puerta del quirófano, tuvo que restañar daños más graves de los que se presuponían. El parte médico firmado por el doctor Octavio Mulet, que calificó la cornada como “grave”, señalaba que Serna había sufrido una “herida por asta de toro en axila derecha que presenta trayectoria distal de doce centímetros con arrancamiento de rama de vena axilar, contundiendo plexo braquial y arteria braquial”. En la intervención se le practicó “hemostasia de rama venosa axilar y exploración tras arteriotomía de flujo de la arteria braquial con resultado satisfactorio”. La operación quirúrgica, detallaba el mismo parte médico, se completó con “lavado, drenaje y cierre por planos de la herida”.
Después de ser estabilizado en la enfermería de la plaza de la Maestranza fue ingresado en el hospital Viamed-Santa Ángela de la Cruz. El torero, detallaban ayer desde su entorno próximo, se quejaba de fuertes dolores en la zona herida. Los médicos esperarán 48 horas para aventurar un plazo defintivo de recuperación que, según las primeras estimaciones, podría ser de un mes.
PARTE MÉDICO
