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Actualizado: 25 nov 2018 / 10:18 h.
  • Ramón Valencia: «En algún momento habrá que sentarse para reestructurar el sector»

La temporada 2018 ya es historia en la plaza de la Real Maestranza. El coso baratillero vivió triunfos resonantes, también algún fracaso y hasta una sonora decepción que aún colea en la mente del aficionado. Toca hacer un balance de todo ello a la vez que, de paso, analizar los problemas que acechan al negocio taurino.

Pregunta: Pues toca hacer balance....

Ramón Valencia: 2018 ha sido una temporada bastante buena a todos los niveles. La de Abril fue una buena feria que pudo fallar algún día en el que esperábamos que las corridas funcionaran. Pero en términos generales fue un buen ciclo, desde mi punto de vista, a nivel ganadero y torero. En las novilladas sí he tenido la tristeza de no ver llegar esos novilleros que rompan... se ha hablado más de los novillos que de ellos. Eso no quiere decir que los que están ahora mismo se vayan consolidando. Pero aún sigue sin aparecer ese que rompa de verdad con todo. San Miguel fue muy bien aceptado por el público aunque con la pena de que en ese día de gran expectación (la corrida de Matilla Padilla, Morante y Roca Rey en el cartel) el ganado fallase. Es muy raro que los seis fueran mansos.

Eso escoció. Si hay una cumbre en la temporada es el indulto de ‘Orgullito’ pero el mayor fracaso o decepción fue esa tarde. Era el cartel de mayor aceptación en la calle y todo se vino abajo.

La palabra es decepción. Y es cierto. Hace años que no había esa expectación en San Miguel. No podemos ir al tópico de corrida de expectación, corrida de decepción pero fue así. Lo importante es saber que haciendo buenos carteles la gente acude y lo triste es que los resultados económicos no son los esperados. Ese es otro tema que ahí está pero la empresa sigue por la labor de rematar lo mejor posible los carteles.

En este último lustro se ha creado un modelo de feria y temporada más o menos consolidado. ¿Se mantendrá el próximo año?

Esa es nuestra intención, corrida más o corrida menos. El enfoque principal será ese. En 2019 tendrá que haber algún movimiento porque el ciclo continuado de festejos comenzará el 1 de mayo. Es una fecha más o menos simbólica, con un puente... igual le damos otro aire y la reforzamos un poquito si los toreros lo ven, tenemos que contar con ello.

Hay que hablar del tema económico. Los últimos acontecimientos en torno a la retirada de Talavante han sacado a la luz cifras y datos que podrían reforzar la idea lanzada por Simón Casas: la economía de la Fiesta es difícilmente sostenible.

Soy discreto en torno al dinero de los toreros. En cuanto a la economía del espectáculo no es que esté en quiebra pero sí está costando todo mucho trabajo a nivel empresarial. Eso es cierto. Haces una corrida en un sitio puntual, llenas aquello y se supone que cubres los gastos pero en ciclos largos y ferias grandes como Madrid o Sevilla se nota que lo que la gente se apunta es a carteles rematados. Los abonos están bajando y hay otros carteles interesantes pero no tan atractivos para el público que no congregan más de media plaza. Así es muy difícil sostener el espectáculo.

En el mundo de la prensa está cayendo el papel y cuesta encontrar un modelo sustitutorio rentable. En el mundo del toro pasa algo parecido. Cayeron los abonos y no hay un modelo que lo supla.

Levantar los abonos es muy difícil con la actual situación económica. Antes había un dinero sobrante que la gente gastaba en ocio. Ahora la gente es más selectiva y prefiere ir tres, cuatro o cinco días fuertes aunque tenga que pagar en la reventa mucho más dinero. Eso no implica hoy tener un abono. Esperemos que la economía siga subiendo y nos beneficiemos de ello.

¿Llegaremos algún día a la situación anterior?

Es muy difícil. Esos seis mil y pico, siete mil abonos que llegó a tener la empresa Pagés van a ser muy difícil de recuperar. Hay otras ofertas de ocio, el fútbol tira mucho y dinero para todo es complicado que haya. Todo vale más caro.

Hay que volver a hablar de dinero. También de Simón, que habla de una reflexión global de las grandes empresas. ¿Eso se va a materializar en alguna acción concreta? Si se puede contar...

Estimo las apreciaciones de Simón y contar se puede contar casi todo. Pero esto no es una cuestión de las empresas exclusivamente. Pero esta reestructuración -si cabe- y que debería venir en un momento dado, tiene dos o tres patas: empresarios, toreros y ganaderos. Ahí tiene que haber un reajuste. Sin duda ninguna y ese libro blanco que hay que escribir, esa sentada, no depende de unos u otros. Tiene que venir por todas partes.

Ya se esbozó algo no hace tanto. Pero los toreros se levantaron de la mesa y luego pasó lo que pasó...

No es que se levantaran de la mesa. Pero no se llegó a materializar nada. Y en algún momento habrá que hacerlo. Lo que es cierto es que todo el mundo tiene que subsistir.

Hay una corta clase alta en el escalafón de matadores, una clase media menguante y una clase baja que ya ni existe.

Hay grandes dificultades para equilibrar la economía. Cada uno tira para su terreno. Eso es lógico también pero ahí está la figura del empresario que es el que tiene que regular y optimizar a todo el mundo. La solución no es fácil.

¿Se ha abierto alguna vía de diálogo para sentar a los grandes en esa mesa?

Ahora mismo, que yo sepa, no. Y normalmente estoy bien informado. Se ha convocado una reunión en ANOET para hablar de los problemas del sector, los convenios colectivos... de todo un poco. Posiblemente surja ese tema y tiene que partir del empresariado porque, entre comillas, es el más dolido de todos. A lo mejor surge algo y empezamos a trabajar.

En las últimas fechas se oyen voces de aquí y de allí pidiendo modernizar la fiesta. Algunas de ellas parten desde dentro.

No sé cómo se puede modernizar la fiesta pero sí que necesita algunos retoques. No se trata de modernizar nada pero sí hay que actualizar ciertas cosas. Históricamente hemos reivindicado mayor libertad empresarial en torno al orden de lidia. Daría mayores oportunidades a los toreros jóvenes. Si un joven empieza a despuntar... ¿por qué no lo voy a poner delante de una gran figura que quiere que haya alguien por delante? Le estaría dando la oportunidad de matar una corrida de toros que difícilmente mataría sin ser triunfador de alguna feria. Eso ayudaría y los carteles tendrían un poco más de interés también. Se pide uno por delante pero a veces ese “uno” por delante no mejora el cartel. (Continúa en la edición digital de mañana, domingo 25)