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Bacca celebra uno de los tantos que marcó al Córdoba esta temporada. / Manuel Gómez
Pasan las horas y la salida de Carlos Bacca del Sevilla no se termina de producir. Pero tarde o temprano acabará cerrándose. Primero porque el Milan está decidido a pagar los 30 millones que vale el todavía –hasta ayer por la noche por lo menos...– delantero sevillista. Y segundo porque todo hace indicar que, pese a las rotundas afirmaciones públicas y privadas de los dirigentes del Sevilla, ambas entidades están destinadas a entenderse de la forma más amistosa. Mientras desde Italia todos los medios de comunicación daban por seguro que ya han hablado los clubes para tratar de evitar el pago de la cláusula, varios dirigentes del Sevilla aseguraron a El Decano Deportivo que eso no era cierto y que ni siquiera habían recibido llamada alguna desde el club rossonero.
La cuestión no es baladí. Desde Nervión se ha insistido en la negativa a negociar por un jugador que consideran intransferible y crucial en los esquemas del equipo, por lo que reconocer que se sientan a la mesa con los dirigentes del Milan podría parecer un paso atrás ante la afición –no hace falta recordar qué sucedió hace 10 años con Sergio Ramos y el Real Madrid...–. Sin embargo, la lógica acompaña al Sevilla si finalmente opta por permitir el traspaso sin necesidad de hacer pagar al contado al Milan esos 30 kilos.
El nombre de Adil Ramí sigue encabezando la lista que Emery y Monchi han confeccionado para reforzar el puesto de central. Como quiera que el francés juega en el Milan, no parece muy apropiado ponerse a las malas con Galliani y compañía si acto seguido se va a pretender negociar la cesión con opción a compra del defensor. Así lo entienden en el Sevilla, que ven este aspecto como el único positivo para aceptar lo que propone Galliani.