1º de mayo 140 años después

Se ha producido algo que veníamos anunciando desde hace años, la creación de la figura del trabajador pobre y, recurriendo a los datos, nos encontramos con que el 14% de las personas con empleo son pobres

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29 abr 2018 / 21:14 h - Actualizado: 29 abr 2018 / 21:14 h.
"Tribuna"
  • 1º de mayo 140 años después

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Desde UGT conjuntamente con CCOO hemos hecho un llamamiento a los trabajadores a participar en las distintas movilizaciones convocadas ese día para reclamar mejor empleo, mayores salarios, pensiones dignas y más igualdad.

Este año, 2018, cargado de significación por las grandes movilizaciones que se han producido en este país, hemos creído necesario recordar que la economía española lleva cuatro años creciendo, que hay más empresas con beneficios, que antes de la crisis y que, sin embargo, la desigualdad y la pobreza están en niveles muy superiores a los que había antes de 2008. La pobreza es una realidad crónica y España ocupa ya el puesto 26 de 28 en la UE.

Desde el sindicato que dirijo en Sevilla, responsabilizamos sin ningún género de duda a las políticas económicas puestas en marcha por el gobierno del crecimiento de la precariedad y la desigualdad, algo de lo que llevamos advirtiendo años, igual que de la devaluación salarial y la precarización de las condiciones de trabajo, promovidas por la reforma laboral, que fomentan una recuperación basada en un reparto desigual de la riqueza e incentivan un modelo de crecimiento asentado en actividades poco productivas.

Y es que en nuestro país, se ha producido algo que veníamos anunciando desde hace años, la creación de la figura del trabajador pobre y, recurriendo a los datos, nos encontramos con que el 14 por ciento de las personas con empleo son pobres y que los niveles de protección contra el desempleo siguen bajo mínimos, la mitad de los desempleados de nuestro país ya no perciben ninguna prestación.

Nos vendieron una pronta recuperación para conservar nuestros puestos de trabajo y en este análisis faltó algo fundamental: tras esta crisis, nada volvería a ser igual, España sería un país con muchos menos derechos sociales y laborales y con una clase media minúscula pues la llamada clase media ha pasado a ser pobre y trabajar ya no te garantiza atender todas tus necesidades y las de tu familia. En la España de 2018, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Comencé mi reflexión hablando de las movilizaciones que se han producido este año, algo por lo que los dos sindicatos mayoritarios de nuestro país hemos venido trabajando desde siempre, este 1º de mayo resulta imprescindible recordar las brechas de género que discriminan a la mitad de la población y la violencia machista que continúa cobrándose la vida de muchas mujeres y por ello una vez más diremos en la calle que es inaceptable que el Gobierno en su proyecto de PGE 2018 reduzca de 200 a 80 millones la partida presupuestaria para combatir la violencia de género.

Y es que cuando el Gobierno en 2013 les dio a las empresas una herramienta tan valiosa como la reforma laboral para que la usasen en su propio beneficio, la forma de entender las relaciones laborales en nuestro país cambió y prueba evidente de ello es la negociación colectiva, a pesar de anunciar el fin de la crisis, la patronal se resiste a que los salarios recuperen poder adquisitivo. Esta es una dificultad insalvable máxime si tenemos en cuenta que han sido los trabajadores quienes han tenido que soportar el peso de la crisis y es uno de los grandes escollos que hace imposible el avance en las negociaciones actuales. Una negociación colectiva en la que defendemos una mejora sustancial de los salarios, en general, y de los más bajos en particular, incluyendo cláusulas de garantía salarial, además de exigir un aumento de los compromisos empresariales en relación a la estabilidad y calidad del empleo, la reducción de las desigualdades, la protección de la salud y la inversión productiva.

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2018 del Gobierno que parece que finalmente con el apoyo de todas las fuerzas de derecha del parlamento saldrá adelante, no hace más que profundizar en las políticas regresivas y no contribuyen a repartir la riqueza, ni a cambiar el modelo productivo, además de contener en lo que a pensiones se refiere, medidas coyunturales, parciales y erróneas, que no corrigen los efectos negativos que, para las y los pensionistas de hoy y de mañana, supone la reforma de las pensiones de 2013, adoptada de forma unilateral, por el gobierno del PP y su mayoría parlamentaria, algo que nos obligará a los sindicatos a seguir ocupando las calles.

Otra de las reivindicaciones que llevaremos a la calle este 1º de mayo es la inmediata puesta en marcha de la Prestación de Ingresos Mínimos; la necesidad de instaurar un sistema público de servicios sociales; reformar las prestaciones por desempleo para garantizar una cobertura general y prestaciones dignas; y garantizar los derechos y la integración de los inmigrantes, de las personas trabajadoras con discapacidad, entre otras.

Nos gustaría rememorar un 1º de mayo de más simbolismo ideológico en homenaje a lo que tuvieron que vivir los padres del sindicalismo. Nos llena de orgullo en el día 1 de mayo recordar nuestros orígenes teniendo la certeza de que esos principios, casi 140 años después, aún son sólidos y son los mismos que nos mueven hoy. La misma lucha, ya cada vez más lejos de las fábricas que apenas existen; nuestra lucha de hoy es más sofisticada, nos enfrentamos al capitalismo, al Íbex 35, a los grandes medios de comunicación que quieren acabar con los sindicatos, a sabiendas de que somos lo único que se interpone en su camino hacia la derrota definitiva de los trabajadores, en manos del gran capital y en esa lucha diaria seguimos definiendo nuestro campo de batalla.

La gran diferencia con el sindicalismo de entonces era el temor que provocábamos en los grandes patronos, era nuestro poder para cambiar las cosas, un poder que sin duda está en la unión de todos los trabajadores, el objetivo del gobierno actual y sus ayudantes en la tarea es diluir ese poder, ¿Sin los sindicatos, quién defenderá los derechos de los trabajadores? Esa es una pregunta que todos deberíamos hacernos.

Es 1º de mayo día del trabajo, día de celebración y reivindicación. Sabemos que un futuro mejor para todos es posible pero que de la única forma posible que puede ser una realidad, es saliendo a la calle.