Ada Colau y los fachas

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17 abr 2018 / 21:25 h - Actualizado: 17 abr 2018 / 21:29 h.

Se ha cambiado el nombre de una calle de Barcelona. Y eso no representa problema alguno. En las ciudades y pueblos de España es algo que sucede cientos de veces al cabo del año. El problema es que esta vez, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, habló de «quitarle el nombre de esta calle a un facha». Es decir, envolvía un acto que está normalizado con revancha y sectarismo. De paso, la alcaldesa de Barcelona demostraba (ya va siendo hora de decirlo) ser una inculta, una okupa que necesita unas clases particulares con cierta urgencia. Decir que Pascual Cervera era un facha es no saber de qué se habla.

Para Colau todos los militares son fachas. Incluido Pascual Cervera y Topete, un militar de la Armada española que tuvo que enfrentarse a la norteamericana en clara desventaja para perder una guerra que significaba el declive de lo que España había sido hasta entonces. Y no, no todos los militares son fachas. Los hubo, los habrá. Seguro. Del mismo modo que hubo y habrá médicos fachas, empresarios fachas o profesores fachas. Qué le vamos a hacer. También hay alcaldes tontos de remate. Cosas de la España dramática de siempre.

Para Colau todos los militares son fachas y todos los que dicen ser progresistas son gente guay. Tanto como para concederles el privilegio de tener una calle en Barcelona. Por ejemplo, Pepe Rubianes, el sustituto del Almirante Cervera, dijo: «La unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Que se metan a España en el puto culo a ver si les explota dentro y quedan los huevos colgado de un campanario». Súper guay.

Por cierto, ¿qué querrá decir Colau cuando dice que alguien es un facha? Sería estupendo saberlo. Un buen rato íbamos a pasar; eso seguro. ~