Aguzando el oído

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30 jun 2019 / 07:58 h - Actualizado: 29 jun 2019 / 14:06 h.
  • Detalle del desayuno en un bar de la ciudad. Foto: J. Barrera.
    Detalle del desayuno en un bar de la ciudad. Foto: J. Barrera.

Desayunando en la barra se oyen muchos comentarios en voz alta:

-Pues mira, no sé tú, pero yo me siento traicionado y engañado: Los votas agarrándote a ellos como a un clavo ardiendo, porque “en el medio está la virtud,” y ahora nos salen con esas.

-Sí, claro que han engañado pero, ya se sabe, los políticos creen que todo vale si les parece rentable, si con ello creen que pueden hacerse con el santo y seña.

-Pues yo creo que se equivocan de medio a medio: De eso del santo, ni hablar, porque muchos de sus votantes volverán a uno u otro de sus viejos partidos, muy denostados, sí, pero más seguros. Y de la seña, no digamos: su porvenir, si no cambia, va a ser menor que el del Jefe de un Negociado de Tercera de la época de mi bisabuelo. Sin implantación, sin infraestructura... ¿A dónde vas “quiyo” con esas ínfulas? ¡Si lo tuyo ahora es ser gozne y bisagra que abra y cierre puertas y dé estabilidad!

-Lo que yo no sé es quién los asesora o los maneja. Y eso que parecían gente preparada. Claro que, para llegar a ser buenos políticos, tienen que tener, además, experiencia y “raza” Y oídos bien aguzados para escuchar el sentir de las gentes y no sólo leer encuestas.

-Desde luego, por ejemplo para escuchar lo que se dice en esta barra...o en cualquier otra. A ver si lo que les pasa es que se pegan a los politólogos de cabecera, o a un “gurú” secreto, o a un mago como Rasputín. Y no será porque no les avisen los que saben de verdad lo que marca la brújula y las cartas marinas, tanto en Europa como en España: acuérdate de lo que dijo Felipe y ahora ha dicho Rajoy. Pero "estos chicos" creen haber nacido sabiendo.

Siguieron hablando. Pero nos teníamos que marchar. Parecía claro a quien se referían.