Andalucía nos une

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28 feb 2016 / 10:43 h - Actualizado: 28 feb 2016 / 10:45 h.
"Día de Andalucía"
  • Andalucía nos une

Andalucía conmemora este 28 de febrero con orgullo. Una celebración profundamente democrática, que hunde sus raíces en el inicio del Estado autonómico, y de la que podemos sentirnos verdaderamente satisfechos, porque nuestro papel fue clave y determinante para la igualdad de todos los territorios de España y para el desarrollo de nuestro país tal y como lo conocemos.

Hace 36 años, una generación de andaluces lo dio todo para conseguir que nuestra tierra tuviera el máximo desarrollo competencial que le permitía la Constitución. Los andaluces alzaron su voz y con ello cambiaron la Historia y evitaron la España de las dos velocidades que otros habían escrito para nuestra tierra.

Y lo hicieron sin regatear a nuestro país, sino siendo parte de él y abriendo una puerta a la igualdad para todos los territorios, porque, como dice nuestro escudo, «Andalucía por sí, para España y la humanidad».

Casi cuarenta años después, la transformación de nuestra tierra es evidente. Hemos superado lastres históricos y hemos sido capaces de construir una comunidad moderna y pionera, en la que el progreso económico va de la mano de los derechos sociales, en la que la igualdad de oportunidades es nuestra bandera, y la transparencia, el principio que guía nuestra forma de actuar.

La generación que sentó los cimientos de la democracia en Andalucía, y los hombres y mujeres que les hemos tomado el testigo, hemos conseguido unos logros sencillamente impensables en 1980 en materia de educación y sanidad públicas, de grandes infraestructuras, de dinamismo económico, de integración de la mujer en el mundo laboral, de número de universidades, de parques tecnológicos o de exportaciones.

Andalucía es hoy, a pesar de la crisis económica y social que aún nos golpea y de las trabas que hemos sufrido en los últimos cuatro años por parte del Gobierno central, una tierra atractiva para vivir y para invertir. Un lugar que, además, goza de la estabilidad necesaria para desarrollar las políticas que nos permitan avanzar en las mejores condiciones posibles.

En Andalucía, el progreso económico y los derechos sociales van de la mano. Uno de cada cuatro empleos nuevos creados en España en 2015 se ha generado en Andalucía, y en nuestra comunidad se crean más empresas que la media del resto del país. Para este 2016, destinaremos 2.307 millones en diferentes políticas para combatir el desempleo.

Estos avances en actividad económica y empleo van acompañados de un colchón de seguridad que garantiza la igualdad de oportunidades de los andaluces y andaluzas, gracias a unos servicios públicos de calidad y a la más amplia y moderna cartera de derechos sociales del país. La recuperación económica no puede ser la excusa para agrandar las desigualdades sociales. En Andalucía, de la crisis económica saldremos todos y saldremos bien.

No lean en mis palabras ningún triunfalismo. Soy consciente de que es mucho lo que nos queda por hacer, muy especialmente en creación de empleo, que es nuestra prioridad; pero quien diga hoy que la autonomía no ha servido para nada falta al respeto a generaciones de andaluces que se han dejado la piel para que nuestra tierra desplegara todo su potencial.

Este 28 de febrero de 2016 coincide además con unas circunstancias muy especiales en el conjunto de España. Vivimos un momento igual de trascendental que el de 1980, porque, hoy como entonces, está en juego nuestra organización territorial. Mientras que entonces nuestros padres diseñaban el Estado autonómico, hoy nosotros afrontamos el momento en el que sus costuras han dado de sí.

España es un proyecto con presente y con futuro y los andaluces, que conquistamos la igualdad por derecho propio y que abrimos esa puerta al conjunto de los ciudadanos del país, volvemos a ser, hoy como entonces, el fiel de la balanza.

Tal día como hoy, hace 36 años, las urnas dieron la victoria al pueblo andaluz. Lo dijo entonces Rafael Escuredo: «Construir la España de las autonomías es empezar reconociendo la victoria del 28 de febrero, que no fue la victoria de ningún partido político ni de ninguna ideología, sino que fue la victoria de un pueblo, el pueblo andaluz». Una conquista colectiva que fue también la victoria de España, que gracias a la fuerza de Andalucía se configuró como un país más solidario, justo e igualitario. En definitiva, un país mejor.

El reto, hoy, es mantener una España unida y blindar la igualdad de todos los territorios. No celebramos un 28F cualquiera. Al igual que tenemos los mismos desafíos de hace 36 años, los riesgos son también análogos: tensiones rupturistas y tentaciones de volver a hacer un país de dos velocidades, con ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.

El Pacto de Antequera, antecedente directo del referéndum del 28F, lo firmaron once fuerzas políticas. Si once formaciones distintas, después de una situación como la que había vivido España en los cuarenta años precedentes, fueron capaces de superar aquello que los separaba y buscar lo que les unía, que era el progreso, el desarrollo y la igualdad, ahora tenemos que ser capaces también de estar a la altura.

Este país, que necesita consenso, concordia y entendimiento, precisa también de generosidad, como la que demostraron aquellos hombres y mujeres que defendieron nuestra tierra, que levantaron nuestra bandera y que, con su esfuerzo, lograron la igualdad al conjunto de los ciudadanos de este país. Hoy como entonces, a pesar de nuestras diferencias, Andalucía nos une.