Para la Iglesia, el Año Jubilar es el año de la remisión de los pecados y sus penas. Para nosotros, el año en que veremos a ver cuándo puñetas dejamos de trabajar. La esperanza de vida ha crecido y se imponen trabajar más años para mantener el sistema, por más que nos joda.
El problema viene cuando los que quieren sentar cátedra sobre esto no predican con el ejemplo. El Gobernador del Banco de España ha dicho esto mismo de trabajar más años hasta la jubilación, pero obvia cosas que quizás no le interese decir. Como, por ejemplo, que su antecesor en el cargo y su secretario general cobraron 671.000 euros tras su cese. Y otros banqueros, han salido con pensiones de jubilación de más de 69 millones de euros, en algunos casos y otros que llegan hasta los casi 80 millones de euros.
Y estos tíos son los que nos aconsejan que trabajemos más años para cobrar un pensión de mierda (si es que la llegamos a cobrar) mientras ellos ven la vida desde su olimpo. Sin olvidar a los diputados, que hasta hace poco, con 11 años de legislatura ya podían jubilarse con la pensión máxima, que a usted o a mí nos hubiera costado media eternidad trabajando con un sueldazo.
Los tiempos están cambiando, sí, pero deberían hacerlo para todos. Si hay que trabajar más años, se hace, pero, por favor, acaben con estas desvergüenzas de los que la tienen de mármol y nos piden ajustarnos el cinturón. Y si es imposible acabar con estos privilegios, al menos cállense y no nos toquen los huevos. Se lo agradeceríamos. ~