Anticiclón humano

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03 mar 2019 / 07:57 h - Actualizado: 02 mar 2019 / 12:00 h.
  • Anticiclón humano

"¡Como huele!, ¡parece una pelota!" es lo primero que pensé esta mañana al coger un hermosísimo limón del limonero de mi jardín (Atila, mi Pastor Alemán, debió de pensar lo mismo porque no paraba de salivar y de dar saltos frente al árbol). Ese magnífico limón es un mensaje de la naturaleza: ¡ya es primavera! Lo sé, acabamos de inaugurar Marzo, oficialmente aún quedan semanas para que llegue la primavera pero... La naturaleza no entiende de "oficialidades", ella es así, espontánea y este año ha querido darnos una sorpresa y presentarse de sopetón para darnos un anticipo de la calidez de Mayo. Es una sensación energizante al tiempo que desestresante cuando sales de casa y sientes el sol en la cara, el cielo azul como un techo infinito para tus pensamientos... Entonces reparas en el limonero y te deleitas con la visión de esos limones "reventones" que te alegran con sólo mirarlos... Un hombre del tiempo te lo diría de una forma menos poética: "esto son los efectos de un anticiclón", es decir, que esta suerte de primavera adelantada se debe a una zona de la atmósfera donde la presión es más alta y esto da lugar al buen tiempo.

Cuando "hace bueno" te dan más ganas de salir, de hacer cosas, te mueves más porque piensas: "con el día que hace... Es una pena no aprovecharlo", ¡hasta estás de mejor humor y eres más empático!, es como si el adelanto primaveral te insuflara iniciativa y optimismo. "¡Lo que da de sí un límón!" -pensé- porque toda esta reflexión se la debía al jugoso limón que sostenía en mi mano, y seguí pensando... Con todos los efectos positivos que tiene el anticiclón, sería estupendo poderlo disfrutar más a menudo, pero la climatología no es algo que podamos controlar, al menos, la climatolgía externa pero ¿y la interna?

Climatología interna

Sí, "afortunada-mente", el tiempo interior, el que hace dentro de ti, si es algo que puedes dirigir. Crear y disfrutar tu propio anticiclón mental, está en tus manos. Y te diré algo, las "personas anticiclón", ¡molan un montón!, y no porque no hayan aguantado nunca más de un "chaparrón", precisamente, por todo lo contrario. ¿Recuerdas la definición de anticiclón? "Región de la atmósfera donde la presión es mucho más alta que en las áreas circundantes, produciendo buen tiempo", fíjate qué curioso... El buen tiempo se produce a causa de las altas presiones; de la misma forma, las "personas anticiclón" generan satisfacción cuando se ven sometidas a cierto grado de presión (el estrés bueno), consiguiendo crear un clima interior despejado, cálido, apacible... No es que sean infalibles pero las "personas anticiclón" son auténticas maestras en el arte de la superación porque, sea el clima exterior favorable o no, junto a ellas podrás disfrutar de una primavera anticipada: te transmiten las ganas de hacer y crecer, te llenan de energía, te hacen sentir alegría, te ayudan a transformar los "me gustaría" en "¡como me gusta!" porque te hacen tomar conciencia de que más asusta una posibilidad guardada en el cajón que un valiente empujón cuando lo merece la ocasión y, sobre todo, logran que "haga bueno" en tu mente y corazón, manteniéndote alejado de las deprimentes "personas borrasca".

Personas borrasca

A las "personas borrasca", ¡todo se les atasca! La borrasca se define como "región de la atmósfera donde la presión es mucho más baja que en las áreas circundantes, produciendo fuertes vientos y abundantes precipitaciones", es decir, que a las "personas borrasca" todo se les hace un mundo porque no soportan la más mínima presión, se dejan influenciar en gran medida por el clima exterior (por las circunstancias), pierden su dirección, su ilusión y hasta su sentido... Por eso interiormente suelen estar nubladas, sienten frío y producen dolor de cabeza. Y es que vivir una vida de "bajas presiones", sin ponerse objetivos, ni tiempos, hace que a nuestra visión se la lleven los vientos de las frustraciones.

Conclusión: Conviérte en anticiclón humano y llenarás de sentido el "¡yo, gano!" (y, mientras tanto, levántate temprano, disfruta de esta primavera adelantada y saborea un té con una magnífica rodaja de limón...).