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El cantaor Arcángel, durante un concierto. /El Correo
Mairena del Alcor creó su Festival de Cante Jondo Antonio Mairena en 1962, cuando le dieron la Llave del Cante al cantaor de ese pueblo Antonio Cruz García, llamado Niño de Rafael, Niño de Mairena y más tarde, Antonio Mairena. No fue el primero de los festivales de verano, pero en dos o tres ediciones pasó a ser la referencia de la época estival de cada año, por sus buenos carteles y una apuesta seria sobre el cante jondo, lo que Antonio Mairena llamó siempre cante gitano-andaluz, o sea, el cante de los gitanos andaluces, lo que todavía levanta ampollas entre los aficionados y estudiosos que no están muy de acuerdo con la etiqueta mairenista, por lo que tiene de excluyente.
Desde que murió Antonio Mairena, en 1983, el festival que lleva su nombre ha ido dando bandazos sin un rumbo claro, hasta estancarse de una manera inexplicable. Prueba de ello es el cartel de este año, que no tiene mucho que ver con lo que el gran cantaor quiso que fuera su festival, una muestra de lo que englobaba su filosofía jonda. Encima, la inclusión del cantaor onubense Arcángel no ha gustado a algunos mairenistas y maireneros, porque hace unos años, el artista de Huelva creó un espectáculo en homenaje a Caracol, Zambra. 1, donde representaba a Antonio Mairena encapuchado, lo que fue un mazazo para la parroquia mairenista. Encima, en un espectáculo que rendía honores a Caracol, quien nunca tuvo buena relación con Antonio, ni este con el genio de la Alameda.
Aquel espectáculo se estrenó en 2007, luego han pasado ya diez años, pero así y todo, el hecho de que este año sea la figura principal del festival mairenero no ha gustado a muchos mairenistas. Quizá no sepan que el cantaor onubense es un gran admirador de Antonio Mairena, aunque su estilo esté más basado en Caracol o Morente. Esto no debería ser un problema a la hora de que cante en el festival mairenero, pero ya sabemos las peculiaridades de este arte.
Además de Arcángel, este año estarán La Cañeta, Marina Heredia, el cantaor local Juan de Mairena y el bailaor Farruquito. No es ni mucho menos un cartel muy apropiado, aunque es algo que no solo pasa en Mairena sino en otros festivales de los llamados punteros o históricos, como son los de Morón, la Puebla de Cazalla, Lebrija o Dos Hermanas. Hay una especie de cansancio en estos festivales de verano y ello conduce a que no se cuiden los carteles como deberían cuidarse.
Pero además del festival, Mairena tiene su concurso, uno de los más antiguos de Andalucía, que también ha decaído bastante y dejó hace años de ser la referencia que fue en los sesenta y setenta, cuando todo el que ganaba un premio aceleraba su pase a la profesionalidad y la grabación de discos. El certamen ya no tiene aquella fuerza de antaño, pero sigue ahí y decenas de jóvenes prueban cada año a conseguir alguno de sus premios, sobre todo el primero, que lleva el nombre del maestro.
Hay que destacar también la Semana Flamenca, los previos del festival y el concurso, con exposiciones, charlas, mesas redondas y recitales. Toda esta oferta hace que durante una semana, entre agosto y septiembre, Mairena del Alcor sea el centro de atención de los aficionados al cante de esta localidad y, sobre todo, del de aquel coloso que dio nombre a todo y que contribuyó con su prestigio a que Mairena apareciera en el mapa de lo jondo.
Una cita ineludible que, aun con sus problemas, sigue siendo importante para cientos de aficionados del país.