Asómate al Mediterráneo

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30 jul 2018 / 23:00 h - Actualizado: 30 jul 2018 / 23:00 h.

Hasta el 30 de septiembre y coincidiendo con el inicio del Wocmes (Congreso Mundial de Estudios del Oriente Medio, sus siglas en inglés), puede decirse que Marruecos estará de moda en Sevilla, porque son muchos los actos a celebrar con este motivo y sobre todo y en lo que a las artes visuales respecta, con tres exposiciones de fotografías que bajo el auspicio del Ministerio de Cultura de Marruecos y la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, permanecerán abiertas en la propia sede de las Tres Culturas (pabellón de Marruecos de la Expo 92); en la avenida de la Constitución, y en el Rectorado de la Universidad (esta última hasta el 22 de julio).

La primera de ellas, lleva por título Flujos, Reflujos y reflejos de instantes bronceados de luz y está integrada por tres prestigiosos autores marroquíes: Jaâfar Akil, Thami Benkirane y Mohammed Mali.

Toda exposición –y más si es de fotografía– supone siempre muchos viajes, fundamentalmente al lugar a donde nos lleven las imágenes y al interior de lo que somos. En el caso de estos autores de la otra orilla, la propuesta podría tener en principio una lectura distinta a la que estamos acostumbrados: esa que consiste en ver las cosas desde aquí (desde la mentalidad española) o desde la marroquí en este caso, separadas por una estrecha franja de mar que nos une en la distancia y en la historia.

Ocurre, que estamos tan deformados por la visión eurocéntrica del arte, y por el impacto de las fotos de justicia social que nos llegan desde el Mediterráneo, que nos pasan desapercibidas –o no tenemos en cuenta– el hecho de que pudiera existir ese otro tipo de fotos en las que predomina la vida, más allá de reportajes, documentales y publicidad turística o política.

La exposición pues, no trata de esos temas –entre otras cosas porque están hechas por ellos y desde allí– y lo que tratan de reflejar es el día a día de una sociedad, que se recrea en los aspectos cotidianos, hechas con la sola intención de que sus imágenes trasciendan hasta alcanzar las cotas de lo que llamamos arte.

En este sentido, lo primero que sorprende es la escasa diferencia entre su modo de hacer, o lo que es lo mismo: entre ellos y nosotros, a no ser por detalles de vestimenta, graffittis caligráficos o rasgos fisionómicos, de manera que podría decirse que sus fotografías poco nos separan ni geográfica, ni desde el punto de vista técnico ni estilístico, de los lenguajes que se están dando ahora mismo en la fotografía contemporánea internacional, ateniéndonos a un modo de hacer basado en la forma, que sigue los métodos tradicionales, y a los que se les ha podido añadir en alguna ocasión los devenidos de la utilización de filtros, o digitales en el positivado.

Inaugurada por el ministro de Cultura español, José Guirao, por el marroquí, Mohamed Laaraj, y el responsable estatal de artes plásticas, Mansour Akrach, asistimos a un acto que pone de manifiesto el afianzamiento de unas relaciones mutuas y el florecimiento de esta actividad dentro de la ebullición general de las artes en el país vecino.

Ninguno de los tres se encarga aquí de reflejar paisajes emblemáticos o la etnografía típica de un lugar, ni las ciudades o construcciones monumentales. Sus paisajes tienen que ver mejor con la cotidianidad, con lo urbano, con los extrarradios, y ahora sí, con el simbolismo del viaje que puede realizarse en un barco o en el interior de edificios detrás de los cristales.

La propuesta de Jaäfar Akil –que es también su comisario, presidente de la Asociación Marroquí de Arte Fotográfico y director artístico de las Reuniones Fotográficas de Rabat– lleva por título Pequeñas Deambulaciones Urbanas y se centra en lo que ocurre en la calle: los encuentros casuales, la elección de una confluencia de aceras o las tomas en esviaje de su cámara, que acentúan los acontecimientos reflejados, la pequeñez de la escala humana frente a los grandes bloques aislados, las sensaciones que transmiten los pasajeros de un bus nocturno, en definitiva, en las paradojas que proporciona la inmediatez visual, aunque en sus fotos exista tanto de búsqueda como de encuentro.

La de Tami Benkirane –también profesor universitario de Ciencias del Lenguaje y en sus clases relaciona la fotografía con la literatura– titula las obras que ha traído aquí Pasage(r)s, haciendo un juego de palabras entre el significado de pasaje en barco y el de los pasajeros que viajan en él, centrándose en la travesía, en lo que ocurre desde que zarpa hasta que arriba, representado por detalles de lo que pasa en la cubierta y en interiores de luz tamizada, donde lo que destaca son los cruces de miradas y lo que nosotros vemos de lo que miran ellos, los reflejos de lo reflejado y vuelto a reflejar, y en último lugar, en la silueta a del Peñón de Gibraltar que va como emergiendo del mar hasta hacerse nítida.

Mohammed Mali, uno de los fundadores de la Asociación de Arte Marruecos Photografic (AMAP) y gran divulgador y promotor de la fotografía marroquí, centra su trabajo de características ampliamente pictoricistas, en algo así como si sus instantáneas tuviesen el efecto de pinturas abstractas, logradas por los efectos de la luz y el agua en los cristales y en el riguroso estudio de las transparencias, las rugosidades de las gotas, las texturas que forma la humedad gracias al deslizamiento de unos dedos que dejan entrever figuras y manchas de colores, como si la superficie plana del papel llegara incluso a las tres dimensiones.

En cuanto a la exposición de la avenida de la Constitución, al menos referir que recoge en una serie de paneles a gran escala, la historia de la Fundación Tres Culturas, destacando acontecimientos que se han desarrollado en su sede o en otros lugares locales, regionales e internacionales, y que tanto contribuyen al acercamiento entre árabes, hebreos y cristianos tanto en política, música, literatura, artes plásticas y escénicas, educación, solidaridad con las víctimas de cualquier injusticia, el empoderamiento de las mujeres, cursos, y en general, historias compartidas. Fotografías que están hechas por Anna Elías (bastantes de ellas), Ramsés Ortega, José Antonio Ortega, Raúl Pilato, John Smit y Antonio Casas.

Finalmente, la exposición del Rectorado, El Nuevo Marruecos, describe el paso de tres estudiantes que se han formado o continúan haciéndolo en la Universidad de Sevilla y de Jerez, con el propósito de regresar a su país para aplicar todos los conocimientos adquiridos en bien de sus respectivas comunidades, sea como cooperante en zonas rurales, como hace Ana Habiba con Save the Children; como gestor de márketing y miembro de Kind Hearts –Tarik Gofti– o en la logística de puertos y transportes –Dris Abdelkader– con tal de facilitar las comunicaciones entre ambos lados del Estrecho, el Mediterráneo al que ahora nos hemos asomado y a la mar océana en general, que no supone otra cosa que la integración de un mundo en armonía. ¿Una nueva utopía frente a la geopolítica actual? Esas son cuestiones que con iniciativas como esta, deberán ir haciéndose realidad.