El rey sabio ordena en 1253 que, entre la muralla almohade y la Torre del Oro, se labren unas Atarazanas para construir bajeles y galeras. El edificio, de ladrillo y estilo gótico-mudéjar, disponía de diez y siete naves de cien m. de largo y doce de alto, cubiertas por bóvedas aristadas y separadas por arcos apuntados. Hacia 1430 decae su actividad y, en 1593, Felipe II, al optar por la mejor madera cántabra, pone fin a una época fecunda.
Nuevos usos y sucesivos aterramientos van ocultando su espléndida arquitectura. Y se destruyen u ocultan cinco naves, en 1641, para el Hospital de la Caridad y otras cinco, en 1945, para labrar la Delegación de Hacienda. A inicios del XVIII y hasta finales del XX, siete naves, que hoy subsisten, se vinculan a la Maestranza de Artillería.
Uso militar, que pese a ser Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, impedía admirar su calidad arquitectónica. En 2009, la Junta de Andalucía cede su uso a la Caixa para el Caixa Fórum Sevilla. El proyecto obtuvo el beneplácito para ejecutarse, pero una vez conocido, Adepa, instituciones nacionales e internacionales y profesionales de Sevilla, denuncian que si se ejecuta la obra, la grandiosidad arquitectónica del edificio quedará nuevamente oculta.
Tras muchas discrepancias y muchas renuncias se ha logrado un acuerdo que, sin parecernos el mejor, es el más asumible. Dos naves se excavarán por completo y nos permitirán contemplar, en su real dimensión, la monumentalidad de las Atarazanas. Enhorabuena a los acordadores.