¿Aula de qué?

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27 sep 2017 / 16:57 h - Actualizado: 27 sep 2017 / 19:17 h.

Existe un programa de la Consejería de Cultura denominada AulaDcine que, con ese título, parece que consista en llevar a los alumnos de Primaria y Secundaria al cine.

Pero he aquí que, en una pirueta pedagógica, el programa consiste en poner películas en DVD y online a los alumnos de los centros públicos para «difundir la cultura cinematográfica y audiovisual en el ámbito educativo».

No entramos en si el programa es efectivo o no, pero sí en que el título es absolutamente inadecuado. La RAE define cine como «Local o sala donde como espectáculo se exhiben las películas cinematográficas», y es poco educativo que equivoquemos los términos, sobre todo cuando el programa va dirigido a los alumnos. Cine es lo que se ve en las salas de cine. Las películas se pueden ver en cualquier parte.

Aparte de consideraciones de tipo administrativo, que en los últimos años fueron aconteciendo en la adquisición de parte de los fondos, no se puede entender que la actuación desde la administración sea promover las proyecciones en las aulas en vez de dinamizar que los alumnos acudan a las salas de cines. En un breve repaso, el propio sector de la exhibición organizó en el último curso sesiones para escolares con más de 60.000 niños participantes.

Que bien se podía hacer facilitando desde la administración que los alumnos, especialmente de las zonas más desfavorecidas, puedan acudir a estas sesiones escolares. En vez de facilitar este sustituto que no crea en los niños la experiencia de ir a una sala de cine para disfrutar y educar.

Con este tipo de medidas prácticas y sencillas, dirigidas a promover la cultura cinematográfica, lograríamos seguramente una mejor formación de públicos que es la línea que, desde hace años, promueven las instituciones europeas.

Desde los sectores de la industria cinematográfica de Andalucía se realizan, de forma permanente, toda una serie de consideraciones para la mejora y modificación de este programa en un proceso de adecuación a la dinámica de los públicos, especialmente el infantil y el juvenil, que son los futuros asistentes a las salas de cine sin que, hasta ahora mismo, se logre modificar el programa o se cree algún sistema de apoyo a estas sesiones de cine educativas organizadas por los cines.

Como en otras cosas aquí somos un tanto diferentes y seguimos promoviendo actuaciones educativas que tienen un impreciso éxito cualitativo y desde luego un nombre errado.