Hasta donde la información nos llega a los mortales, no me permite defenderte aunque seas mujer, ni a ti Cifuentes, ni a ti Aguirre, ni a ti, ni a ti... La prevaricación continuada, el cohecho, la financiación ilegal del partido, irregularidades en las adjudicaciones, etc.... por supuesto todo en fase de muy presunta, y sin llevarte un euro, claro está. Pero recordarte que en los partidos, en las instituciones existe un principio incuestionable, y es la responsabilidad, la corresponsabilidad política de todo y en todo, ese es el precio.
Te planteo esto hoy, porque posiblemente no conozcas la historia de la lucha de las mujeres muy especialmente en España, por conquistar espacio de poder para la mitad de la población, en los gobiernos, en las empresas... Si supieras las horas a las que hemos renunciado a estar con nuestras familias, con nuestros amigos y amigas, a disfrutar del ocio, si supieras lo difícil que ha sido conseguir que la sociedad lo entienda, lo pelee, y los poderes lo asuman, si supieras lo costoso que ha sido acercarnos a la paridad en la representación, si supieras lo que hemos luchado para que haya mujeres en lugares como el que tu estas.
Estábamos convencidas que valor añadido que aporta ser mujer, era infinitamente más austero, más ético, más coherente, más sobrio, más humilde, mas redistributivo, más transparente, como lo hacemos cuando gobernamos nuestras casas, esos lugares en los que se nos han pretendido confinar. Creíamos que cuando las mujeres cuando llegaran al poder, no iban a reproducir el modelo masculino de hacer política, modelo agotado, a la luz de la decadencia de Oriente y Occidente.
Por eso es tan grave que una vez más dejes, dejéis tiradas a las mujeres, no representando ni un solo valor de los que están en nuestras expectativas de cambio. Inevitablemente nos emplazáis a repensar que el hecho de ser mujer en sí mismo no garantiza nada, y solo deberemos luchar por aquellas mujeres que estén comprometidas con un proyecto de género, con un proyecto de transformación, de igualdad desde la diversidad. ¡Indefendible