Azadas contra el cambio climático

Una plantación en red realizada por voluntarios de WWF-España en varios espacios naturales, entre ellos el Parque de Doñana, reivindica la importancia de mantener el ecosistema de los bosques para luchar contra el cambio climático

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Ricardo Gamaza RicardoGamaza
28 nov 2015 / 22:09 h - Actualizado: 29 nov 2015 / 14:03 h.
"Medio ambiente","Ecoperiodismo"
  • Plantación de un árbol en el entorno del arroyo La Rocina en el Espacio Natural de Doñana. / El Correo
    Plantación de un árbol en el entorno del arroyo La Rocina en el Espacio Natural de Doñana. / El Correo

No es sólo algo simbólico, sino una acción a pequeña escala. La plantación de 300 árboles en el arroyo La Rocina, en el Espacio Natural de Doñana, se ha sumado a otras 12 plantaciones en siete comunidades autónomas que se han llevado de manera simultánea por más de 350 voluntarios que plantaron más de 3.000 árboles. La organización que ha promovido esta actuación, WWF-España, mantiene la máxima ecologista de que para luchar contra problemas globales –como el cambio climático– hay que actuar dando soluciones locales –como estas plantaciones–. «Estamos creando los bosques del futuro –leía en un manifiesto un joven voluntario antes de iniciar la plantación en Doñana–, que además de dar cobijo a la biodiversidad y regalarnos servicios esenciales a la sociedad, como el aire y agua limpia, son unos aliados vitales en la lucha contra el cambio climático». Una lucha que los voluntarios han llevado a cabo en La Rocina armados con azadas y bajo el lema Un bosque más, un grado menos.

El Programa de Bosques de WWF-España, en el que se enmarca esta acción ecologista, tiene como objetivo evitar la transformación del sector forestal a otros sectores productivos; por eso la plantación en La Rocina, tiene también un alto componente simbólico. «Se trata de un arroyo básico para Doñana desde el punto de vista hidrológico y también estratégico para la biodiversidad al actuar como un elemento natural de dispersión de muchas especies», explica el coordinador de WWF para la plantación en Doñana, Felipe Fuentelsaz; que aclara: «el arroyo de La Rocina nace en la zona más fresera de Huelva y desemboca en El Rocío», dos espacios fuertemente antropizados.

En el arroyo de La Rocina WWF-España se ha propuesto como objetivo recuperar 50 hectáreas y para ello trabaja tanto con voluntarios como con empresas forestales alas que les contratan plantaciones y el seguimiento de las mismas. Por supuesto, al tratarse de una zona de especial protección, todas las actuaciones se llevan a cabo en coordinación con la Dirección del Espacio Natural de Doñana. «Para nosotros es muy importante la colaboración de socios y voluntarios de WWF porque ellos y ellas son el ADN de nuestra organización y su trabajo para nosotros es importantísimo a la hora de recuperar zonas como esta en Doñana», explica el coordinador de la Oficina de WWF-España en Doñana, Juanjo Carmona.

Cuando el trabajo de replantación o reposición de marras se lleva a cabo con voluntarios la jornada se inicia con una demostración práctica. «El éxito de la plantación no es cavar, poner la planta e irnos –explica a los voluntarios Fuentelsaz–, sino que necesitamos un seguimiento y mantenimiento posterior durante dos o tres años hasta que consigamos la viabilidad del árbol que hemos plantado». Además de la explicación a largo plazo es obligada la aclaración más inmediata: «Tenemos 300 plantas para hoy, pero esto no es una competición para ver si somos capaces de plantarlas todas», les dice el coordinador de WWF a los voluntarios: «De lo que se trata es de plantar bien, con el máximo cariño y lo mejor posible».