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Blanquear el cortijo

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09 sep 2018 / 18:08 h - Actualizado: 09 sep 2018 / 18:08 h.

Llevo realmente mal eso de que me tomen por tonto, entre otras cosas porque el que lo hace siempre manifiesta un punto de superioridad, de vanidad, que le da un aire de listillo repelente, de sabiondo con enormes dosis de cursilería. Albert Rivera, el mismo que llamaría Alberto a cualquier otro humano de Cataluña menos a él mismo, creo que es el prototipo de sabiondo que va de sobrado en política y cree dar lecciones allá por donde anda.

En las anteriores elecciones andaluzas el supremacista del norte, pasado de rosca y en un absoluto analfabetismo de lo que es esta tierra, pensaba que vendría a Senegal, Nigeria o Burkina cuando dijo aquello de «a los andaluces hay que darles la caña y enseñarles a pescar», en uno de los insultos mayores que jamás tuvo que soportar la gente de esta tierra de un botarate que en ese tiempo no pasaba de aspirante a... El desprecio de esas palabras hacia esta tierra y su gente pueden ser propias sólo de alguien que no ve más allá de su ombligo y se cree superior al resto.

Hace días volvió a Andalucía para decirles a los suyos de aquí lo que dicen los de allí que tienen que hacer. Y después de tres años de sustentar el gobierno de Susana Díaz, el gobierno del partido de los ERE, de los cursos de formación, de enchufismos de miles de militantes resulta que –insisto, después de tres años– viene a decir que el PSOE incumple sus compromisos y pretende hacernos ver a los tontos andaluces que ahora se han dado cuenta y que rompen con Susana.

Parece que la única caña que cogieron fue para blanquear el cortijo de sus socios de gobierno.