Bonum vinum, Peregil

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28 ene 2017 / 21:59 h - Actualizado: 28 ene 2017 / 21:59 h.
"La trastienda hispalense"

Con la estampa, que siempre llevo en mi corazón, de mi buen amigo Pepe Peregil, abro esta trastienda de «quitapesares y penas» con aromas onubenses de Manzanilla que, como dijera el profesor Lutgardo García, fue la localidad que dio origen a la denominación del vino de Sanlúcar, gracias a las viñas que desde los alrededores de la ermita de la Virgen del Valle, Niebla, Chucena y Campo de Tejada, buscaron el camino más fácil y barato para exportar sus caldos a las Américas, tras el descubrimiento.

Así que brindemos todos a la memoria del bueno de Peregil, en el quinto aniversario de su óbito, cada cual con un vaso escanciado con el mejor de sus recuerdos, y resucitemos al saetero sevillano con aquellos versos que inmortalizó Horacio Guarany al cantar «si el vino viene, viene la vida».

Y hagámoslo volver subiendo el telón de las tabernas de la tierra para decir: Bienvenido sea el vino, grato y deseado, con quien nuestros ardimientos, los amodorramos y que se llenen nuestras copas cuando estén vacías pero aquel que mucho vacíe, ojo a la alegría, porque a quién no le gusta beberse, en el mundo, unas copas de vino, beben padres y abuelos, hermanos y hermanas, sobrinos y primos, bebe el cura y el guardia, y el señor alcalde con to’s sus vecinos, el doctor y el maestro, el listo y el torpe, el bobo y el vivo... Bebe el rico y el pobre, el negro y el blanco, el juez y el cretino, el plebeyo y el noble, el obispo, el ministro, el gordo y el fino, y bebe Sor Clarisa de las vinajeras del cáliz divino, bebe el rey con la reina y en el Vaticano, no hay Papa sin vino.

Vino de Manzanilla convertido y enriquecido en manzanilla sanluqueña que, desde muy antiguo, partía por el río Guadalquivir hacia el Puerto de las Nueve Suertes, cercano a Barrameda, desde donde se cargaba para las Indias, en carabelas con velas bordadas de alegría y las bodegas llenas del Bonum Vinum de la Bética. ¡Salud, amigos!