¡Buenos días!

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24 sep 2017 / 00:04 h - Actualizado: 23 sep 2017 / 22:37 h.
  • ¡Buenos días!

Tras una semana de catástrofes naturales, enfrentamientos políticos y apologías a un falso catecismo independentista. Semana donde dos goles –uno en Madrid y otro en Nervión– fueron lo único en sacarnos una sonrisa, hoy día del Señor, la ciudad se ha despertado con un merecido recordatorio dedicado a alguien que nació por el bien y nos dejó haciendo el bien el Doctor Jesús Vida Aguilar. Llegó al mundo en 1932 y sus padres lo bautizaron con el nombre de Jesús. Nunca un nombre y apellido fueron tan premonitorios de un ser humano. Jesús, como aquel que entregó su vida por lo demás, Jesús como aquel que con sus manos sanó a enfermos, Jesús como aquel que nunca pasó desapercibido desde la humildad, Jesús como su vecino de San Lorenzo que en el dique de su mármol ampara todos nuestros naufragios. En la calle Aguilar, pronto calle Jesús Vida, el pediatra ejercía su profesión desde el prisma no filantrópico si no desde la visión Cristiana. Corrían años de penurias, familias sin recursos y niños con necesidades médicas que sólo podrían salvarse por caridad. Allí se encontraba esa lámpara encendida donde Don Jesús prolongaba la vida y de pago sólo una sonrisa. Nunca un apellido tuvo tanto sentido !cuántas vidas en sus manos señor Vida! Cómo no íbamos a honrarle desde Sevilla con una calle que para todos ya es suya, cómo tus vecinos Pérez de los Santos, entre otros no iban a mover cielo y tierra por este homenaje, si fue el segundo corazón que Ramón necesitó. Hazme un favor, sé feliz.