¡Buenos días!

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13 mar 2018 / 19:21 h - Actualizado: 13 mar 2018 / 22:34 h.
  • ¡Buenos días!

Hoy los silencios son más profundos por que las gargantas están apagadas ante la consternación que produce el recuerdo. Nuestros cuerpos parecen abatidos por el zamarreón en los pilares de las conciencias, donde aquello que entendíamos como un desastre en nuestras vidas hoy nos parece anécdota frente a la desgracia de Gabriel. Judas después de vender a su Maestro y entregarlo con un beso a la muerte no pudo vivir ante la traición y se ahorcó. Ayer mientras en la catedral de Almería se celebraba el funeral por el pececito su presunta asesina dormía a pierna suelta en un calabozo. Aquella que hace unos días agarraba de las manos al padre y a la madre del que en un féretro blanco nunca mas verá el mar, aquellas manos de judas que estrangularon a su hijo y aquellos ojos que vieron la ultima mirada viva de un niño antes de matarlo, todo desde la presunción, hoy pasea su desvergüenza negándose a colaborar con esos que quieren explicaciones. Nunca conocí a nadie como Patricia, que aun arrancándole a un hijo de las entrañas nos dé tanto ejemplo de amor y cordura pidiendo que no mezclemos el odio con la imagen de su hijo. ¿Tiene que pasar esta desgracia para unir a los españoles en un mismo sentimiento? Patricia y Ángel que ya llevarán el dolor grabado en su rostro para siempre, serán ejemplos para todos de la dignidad ante una desgracia. Seguro estoy que en las graves situaciones de nuestras vidas los recordaremos siempre antes de dejarnos llevar por la ira y el odio. Hazme un favor sé feliz.