¡Buenos días!

h - Actualizado: 16 nov 2017 / 21:59 h.

Como no podría ser de otra forma, mis valientes guerreros del batallón vida están dispuestos a hacer una paradita de dos días y cargar las pilas para seguir subiendo la montaña del 2017. Ya se intuyen esas siluetas decorativas que muy pronto darán luz navideña a calles y avenidas. Los puestos de castañas, que dicho sea de paso cada vez parecen llegar antes, darán una sensación londinense a la avenida de la Constitución, la Campana o San Jacinto. Ya habremos recibido esos catálogos de juguetes donde nuestros pequeños irán señalando aquellos que les encargarán a los Reyes Magos. Ayer mismo recibí en casa un ejemplar del más esperado de un gran almacén, que desde nuestra infancia todos los años nos ponen a la vanguardia de las últimas novedades. Aquellos que ya nos acercamos al medio siglo creo que no terminamos de entender los gustos que hoy en día tienen nuestros niños. Una colección de muñecas zombis con gestos desagradables, cabezas deformes y nombres imposibles. Nací en la época de la Nancy y Barriguita, Nenuco y Barbie, maderman y playmovil. Los coches teledirigidos tenían un cable de metro y medio y corrían todo lo que tú fueses capaz de correr detrás de ellos. Los juegos de mesa reunían a las familias y pedir una bicicleta era un artículo de lujo. La tantísima oferta que nos ofrece el mercado infantil hace que cada vez se pierdan más los juegos de toda la vida y sobre todo con la inclusión de la tecnología cada vez son más independientes. Hazme un favor, sé feliz