Otro año más la final del Falla nos ha hecho madrugar. Varias horas han separado Los Taratachin, hasta El perro Andalú. El concurso ha estado marcado por los acontecimientos catalanes y el Cuarteto, que se temía por su extinción, sigue creciendo en calidad. Cádiz es a su Carnaval como Sevilla a su Semana Santa o Córdoba a la Fiesta de las Cruces de Mayo, un lugar donde aunque existan copias en otras provincias son inimitables por la propia condición. No quiero dar a entender, que las Semanas Santas o Carnavales de otros sitios no sean de una excelente calidad, me quiero referir a las malas versiones que intentan imitar perdiendo en muchas ocasiones la propia idiosincrasia del lugar, que a lo mejor, lleva siglos existiendo y haciéndose de una forma determinada. Las mal llamadas modas o tendencias, están haciendo cambiar las tradiciones de algunos lugares de España y generan una brecha en la cultura popular. Debemos defender nuestras raíces, aquellas que durante tantos años pasaron de padres a hijos y no equivocar la evolución de algo con la copia sin sentido. Y a veces sucede al contrario, se intentan rescatar costumbres antiguas que hoy ya no tienen sentido de ser, cosa que algunos eruditos cofrades no dejan de reinventar. Alguna agrupación que para el año que viene debería reunir a todos estos personajes inventores de lo ya inventado y los lleven al falla como el Selu a su grupo de guasa. Dediquémonos a dar culto digno y no a dignificarnos con el culto. Hazme un favor, sé feliz.