Qué bonito es despertar al día con la sonrisa de un niño. Desayunar junto él, lavarle la cara, peinarlo, cogerlo de la mano y dejarlo en la puerta del colegio después y llevarte en la mejilla ese beso que tanto te ayuda. Esta escena se repite en casi todos los hogares donde hay niños, pero existen casas, donde por alguna patología de un peque, no pueden asistir a clase debido a que no existen los medios para la educación que necesitan, psicologopedas, pedagogos, monitores, equipamiento, etc. En la ciudad existen centros de ayuda que trabajan para que estos niños puedan evolucionar y así favorecer con el trabajo intenso de los profesionales a su integración en la sociedad. El centro de estimulación precoz del Buen Fin promovidos por la acción social de la hermandad o UDIATE en el hospital Victoria Eugenia de la Cruz Roja, entre otros, pueden ser dos magníficos ejemplos de entidades que trabajan para que estos pequeños puedan integrarse y además de la labor que ejercen sobre ellos, ayudan a que estas patologías tan dificultosas no afecten a la unidad familiar. Aunque la Junta de Andalucía dedique una subvención a esto es insuficiente y muchos niños siguen quedándose sin la oportunidad de ser felices. Hay entidades que ayudan a que se puedan prolongar estos costosos tratamientos pero sigue siendo insuficientes debida a la gran demanda. Hago un llamamiento a la solidaridad y pido ayuda para ellos, ya que la sonrisa de un niño no tiene precio. Hazme un favor, sé feliz. ~