¡Buenos días!

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13 nov 2017 / 07:00 h - Actualizado: 12 nov 2017 / 23:42 h.
  • ¡Buenos días!

La ciudad aún duerme y en el interior del convento el murmullo de los rezos es la música que al alba despierta. Sus vidas son abnegación y sacrificio que gracias a la oración nutren sus almas y nunca pierden las fuerzas para ayudar al prójimo. Poco a poco como palomas en vuelo raso con su saya estameña, coronadas en su cintura, bolso en el brazo y con la austeridad que las caracterizan sin perder nunca la sonrisa irán saliendo por el portalón dos a dos haciéndose pobres con los pobres para llevarlos a Cristo. Sevilla estará inmersa en el día a día, en la lucha por conseguir una vida mejor, las envidias, las disputas, las ansias de poder mientras ellas sin abrir sus labios derrochan la riqueza que amasan con su labor que es la humildad. Atenderán enfermos, cuidarán sus casas, saciarán su hambre, curarán sus heridas carnales y espirituales, velarán sus sueños y volverán a la Santa Casa con la satisfacción de haber realizado aquello que la Santa Zapatera madre Angelita les encomendó. «¡Qué hermoso sería un instituto que por amor a Dios abrazara la mayor pobreza, para de este modo ganar a los pobres y subirlos hasta Él!». Su generosidad es infinita, viven de la limosna y comparten su propio pan con el necesitado. Ayudan en la enseñanza que están a la vanguardia, en sus residencias cuidan de ancianos y niños huérfanos que preparan para poder afrontar la vida. Cuando se crucen con ellas, ayúdeles con lo que puedan, ellas son el tesoro más pobre de la ciudad. Hazme un favor, sé feliz.