¡Buenos días!

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15 feb 2018 / 22:38 h - Actualizado: 15 feb 2018 / 22:39 h.
  • ¡Buenos días!

El arte es algo caprichoso y que no se representa de una forma empírica, además, que innecesariamente se muestra en nuestras vidas, podemos tener un arte oculto y no despertar jamás. Las galerías, museos, teatros, cines, etc., se copan de numerosas puestas en escena para que el público disfrute de estas representaciones musicales, teatrales, pictóricas o de cualquier género que por un módico precio en algunos casos o millonarias cifras en otros, hacen que estos afortunados puedan seguir viviendo de su vocación. Hoy me quiero enfocar en esas otras formas de expresar el arte y que como sala de exposición utilizan las calles. Miles de artistas llamados callejeros ocupan las vías de nuestras ciudades viviendo de la caridad. También existen aquellos que de forma oportunista buscan la coyuntura para poder llevarse el pan a la boca, pero ahí también hay su arte. Equilibristas y malabaristas en los semáforos, el violinista que durante años no cesa el empeño y que en una calle lúgubre de la Magdalena deja notas nostálgicas en la noche. Aquellos jóvenes polacos que en quinteto de cuerda nos deleitan con Pasa la Macarena o Amarguras en días de cuaresma por Sierpes. Láminas de paisajes estelares hechas en cinco minutos con espray. Los mimos y las figuras inmóviles que por una moneda te regalan un gesto o aquella otra que la esquina de correos pega unos sustos de muerte. Verdaderas obras de arte efímeras hechas en el suelo o en la pared con la maestría de los grandes maestros. Hazme un favor, sé feliz.