Escucho al presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrellier, decir que el modelo de la Semana Santa está caduco, aunque ciertamente si algo lo está es la gestión en sí. Escuchando a los denominados «sabios» (grupo de ex hermanos mayores) saco algo en claro: cada uno tiene una idea diferente de cuál sería la Semana Santa ideal y plantean unas soluciones diferentes y, a veces, radicalmente contrapuestas. Hasta un cierto punto es lógico. Cada uno de nosotros mejoraríamos cosas de nuestra Semana Mayor y eliminaríamos y conservaríamos otras. El gestor de esta fiesta (me refiero al Consejo de Cofradías) no lo tiene fácil, porque cada hermandad y cada hermano mayor quieren una cosa diferente, incluso que la institución de San Gregorio sea un mero mediador y no tome decisiones por sí misma. Al hilo de estas consideraciones, creo que lo primero que debe ponerse sobre la mesa es qué Semana Santa queremos, hacia dónde caminar. Y ser valientes a la hora de tomar decisiones. Nunca se podrá contentar a todos, pero cuando se está al frente de una institución hay que adoptar medidas por el bien general. No olvidemos que la Semana Santa la integran las cofradías, pero también miles de ciudadanos que la viven día a día. ~