Centenares de universidades han puesto ya en la red cursos de todo tipo de disciplinas impartidos por sus más eminentes profesores y de acceso gratuito. La oferta no hace más que crecer. Las clases de todos los niveles de la enseñanza: primaria, secundaria y universitaria deberían grabarse para posibilitar el acceso en diferido al alumnado ausente, para que los presentes en el aula puedan volver sobre ellas y mejorar la comprensión de lo enseñado, para que los profesores optimicen su trabajo pedagógico y para facilitar el control de calidad de la enseñanza que se imparte.
No son pocas las razones que abonan la necesidad y urgencia de esta propuesta, absolutamente coherente con el proceso de digitalización en el que estamos embarcados y con las exigencias de accesibilidad universal para personas con algún tipo de discapacidad.
La grabación de las clases –siempre con la autorización del profesor– permitiría un acceso más igualitario a los apuntes y una más fácil subida de los contenidos impartidos a las respectivas plataformas digitales de los colegios e institutos.
Los padres podrían apreciar mejor el trabajo de los profesores en las aulas y en casos de conflictos o discrepancias conocer de primera mano lo que puede distorsionarse por el alumno como parte implicada.
El estudio comparativo de la práctica pedagógica a través de las grabaciones de vídeo permitiría nuevos horizontes en las investigaciones de las Facultades de Didáctica y Pedagogía y redundaría en una aceleración de los proyectos de I+D en el ámbito de la Educación.
Todos los sectores implicados ganarían con la entrada de las cámaras en las aulas, pero las resistencias corporativas e individuales frente al cambio y la innovación son difíciles de vencer y los cambios normativos y legislativos van con décadas de retraso respecto al avance tecnológico.
Las aulas deben abrirse a las nuevas tendencias: trabajo compartido, educación colaborativa, enseñanza abierta, sociedad conectada, big data, inteligencia artificial, si de verdad queremos un futuro mejor, más justo y equitativo.