Campoamor y Maquiavelo

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16 dic 2018 / 06:35 h - Actualizado: 15 dic 2018 / 09:36 h.

Mirémoslos hoy desde la perspectiva electoral. Evidentemente Campoamor piensa en los votantes y Maquiavelo en los votados. Para Campoamor los votantes, los hoy ciudadanos, ven las cosas de distintas maneras y votan a un partido u otro porque perciben la realidad desde ópticas distintas. "En este mundo traidor-nada hay verdad ni mentira-todo es según el color-del cristal con que se mira" Es decir que los votante son hombres y mujeres de buena fe (no hablamos del llamado voto cautivo) que perciben la misma realidad de manera distinta. Maquiavelo, en cambio, se preocupa de los votados, de los que van a estar o están ya en el poder. A través del Príncipe, a quien dedica su opúsculo más conocido, imparte sus consejos para alcanzar y mantener el poder. "Un príncipe prudente no puede ni debe mantener fidelidad a sus promesas cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio.....Es menester que tenga el ánimo dispuesto a volverse según que los vientos de la frontera y las variaciones de las cosas se lo exijan.....Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar" Es decir, que su consejo al político de turno es prometer en falso y engañar por norma.

Pero Maquiavelo no se percató de la consecuencias de la contumacia y del abuso. Y llegó el hartazgo, Los andaluces se hartaron del todo vale , del “y tú más" y de las mentiras con careta de verdad. Unos votaron con furia y otros, simplemente, se quedaron en casa. Castigaron y auparon. No se equivoquen: ¡eso también es democracia! ¿Dejaran ahora las mentiras, pasteleos y postureos, aunque sea por algún tiempo? Por lo que estamos viendo, no.