Lo que han llamado ya «terremoto político» en las filas de Podemos, no es más que la lucha interna por el poder, algo muy normal en todos los partidos políticos. Carolina Bescansa quiere desbancar a Pablo Iglesias, quien no solo tocó pronto techo electoral, sino que va para abajo que escarba, siendo una rémora para las siglas moradas. Gobernar la Comunidad de Madrid el próximo año, con Errejón al frente, sería fundamental para aspirar a algo en las elecciones generales. Bescansa busca la Secretaría General, quitar de en medio a Iglesias, aunque no le va a resultar fácil. Los que venían denunciando a la casta y prometiendo otra manera de hacer política, al final son como los demás: quítate tú, que me pongo yo. En cuanto prueban lo de ganar una pasta, despacho propio y fama, cambian radicalmente para no perder lo conseguido ilusionando a los desilusionados, como hicieron de manera oportunista durante la crisis y la corrupción del bipartidismo. Querían acabar con la derecha y han logrado aniquilar a IU y dar alas a Ciudadanos. Un triunfo, vaya.