Cartuja y Fibes, los centros de Sevilla

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
01 feb 2018 / 22:39 h - Actualizado: 01 feb 2018 / 23:04 h.
"Pasa la vida"

Quienes dicen que Sevilla está saturada de turistas y de eventos son quienes solo tienen como unidad de medida la cola para subir a la Giralda, el aforo de El Rinconcillo y los veladores en las calles de Santa Cruz o en la trianera San Jacinto. Cuando haya saturación en el Museo de Bellas Artes, en el Archivo de Indias, en el Museo Arqueológico, en el Teatro de la Maestranza, en el Centro Cerámica Triana, en el Conjunto Monumental de Itálica, en la Iglesia del Salvador, en el Museo de Carruajes, en el Monasterio de Santa Clara, en el Estadio de la Cartuja, en la Casa de Pilatos o en el Acuario, por citar algunos enclaves, entonces sí sería coherente utilizar ese calificativo. Igual que no puede aplicarse en París estableciendo como patrón únicamente el número de visitantes a la Torre Eiffel, o en Roma la afluencia a los Museos Vaticanos. Es la sempiterna lente distorsionada que se aplica en Sevilla para promulgar la ley del embudo sobre la realidad y sobre la identidad. Quejarse de lo que no es cierto a nivel general y callarse el verdadero problema social del que nadie se hace responsable: la reducción al mínimo de la oferta de pisos en alquiler de larga duración para habitantes de Sevilla en los barrios del centro y aledaños, porque otros sevillanos (y obviamente tienen derecho a sacarle partido a su patrimonio) buscan maximizar la rentabilidad de las viviendas ofreciéndolas a turistas para sus estancias de una o dos noches en la ciudad.

Resumo en dos ejemplos bien recientes cómo la ciudad real está muy lejos de la saturación y ha de romper el corsé sobre el reduccionista patrón de vida, costumbres y actividades en Sevilla por el que abogan quienes consideran que el único eje de la ciudad es Campana-Puerta Jerez. Uno: La consecución por parte del Palacio de Congresos (Fibes) del evento internacional DreamHack de juegos electrónicos y competiciones con ordenadores o consolas, al que, sin duda, acudirán miles de jóvenes del 13 al 16 de diciembre. Fechas en las que algunos consideran que en Sevilla solo cabe celebrar comidas de empresa y anticipar las compras navideñas. Y dos: la puesta en marcha, al fin, del Cartuja Center, donde las empresas Eulen y Smedia han dado juntas el paso para atreverse a gestionar el enorme edificio creado por la SGAE, dotado de extraordinarias calidades tecnológicas para cualquier actividad. Que en un mes tan poco saturado como julio (en el que los tradicionalistas de la renta endogámica consideraban ‘de toda la vida’ que el único negocio posible era irse a la playa) tiene suscrito un acuerdo con una importante empresa automovilística europea para celebrar la presentación internacional de un nuevo modelo de coche, lo que deparará miles de pernoctaciones en hoteles de Sevilla y su entorno.

Los camareros en las cafeterías de la Avenida de la Constitución están mucho más a la vista que los ingenieros de telecomunicaciones, los desarrolladores de software y tantos otros miles de profesionales que trabajan en el Parque Científico, Tecnológico y Empresarial Cartuja. Igual que son más visibles cien personas tomando de pie cervezas en la Plaza del Salvador que cinco mil expertos en educación universitaria celebrando una convención dentro de Fibes. Busquen y comparen qué genera más ingresos y prosperidad a corto y medio plazo. Qué es más central y qué es más accesorio. Para lograr que en el siglo XXI estén saturados de ofertas de empleo en barrios como Polígono Norte, Amate o Las Letanías.