Casa Moreno

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14 dic 2016 / 23:14 h - Actualizado: 14 dic 2016 / 23:14 h.
"Habla, Sevilla"

Un siglo. Sí, 100 años –que se dice pronto– han pasado desde que en Gamazo 7 se abría una tienda de comestibles. Espacio que, a la larga, se convertiría en punto de referencia único en Sevilla cuando la familia Moreno –hace ya 70 años- se quedó con la misma. Primero fue Francisco Moreno (padre) el que con mimo regentaba primero la tienda y luego también la taberna. Hacía firmar en su “libro de honor casero” a los más famosos que pasaban por allí, y se convirtió en punto de encuentro de todos los empleados de bancos del entorno de Plaza Nueva que acudían allí a almorzar, en la media hora que le daban para ello.

Hoy Francisco Moreno (hijo), Quico para todos, que nació justo donde hoy tienen el almacén, ese que se subía a un cajón de garbanzos para llegar al mostrador, ha tenido el talento de hacer lo más importante, que no es otra cosa que mantener la esencia de un negocio que era diferente y sigue siendo distinto. La clave del éxito radica –curiosamente en no hacer nada, o –si lo prefieren en hacer que no pasen los años por Casa Moreno.

Así, entre carteles de toros, dedicatorias de gente importante como la Vicepresidenta del Gobierno de España («la Soraya viene mucho por aquí»), latas de melva, fotos de Curro Romero o Vargas Llosa, olores a chacinas ibéricas, sacos de legumbres o imágenes de nuestra Semana Mayor, continúa la vida lenta y agradable en una trastienda que te hace sentir bien, entre otras cosas porque bien te trata –con un saber estar impropio de los tiempos que corren– los veintisiete años que lleva Emilio Vara atendiendo al que llega, hablando lo justo y callando secretos inconfesables.

Y es que no se entiende Sevilla sin su Casa Moreno, como evidente es que Casa Moreno respira por donde lo hace su Sevilla. El que visita Sevilla se va satisfecho; el que –además- entra en Gamazo 7, se va satisfecho... y contento.

Mientras tanto, ¡sé feliz!