¿Caudillo, estratega o populista bravucón?

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28 ene 2017 / 19:46 h - Actualizado: 28 ene 2017 / 22:09 h.

Hablamos de Trump, claro es, y de su discurso de acceso a la Presidencia de EEUU. Aun no nos hemos recuperado de esa sensación de no puede ser verdad lo que estoy viendo y oyendo. Y no solo nos aterrorizó lo que dijo, sino, aún más, el gesto y el tono empleados.

¿Un caudillo para la democracia más antigua del mundo? «Vamos a hacer a EEUU fuerte de nuevo, lo vamos a hacer rico, orgulloso, seguro, y, juntos, lo vamos a hacer grande de nuevo». Nos recuerda al ‘una, grande y libre’. «Y lo más importante, estamos protegidos por Dios». ¿Otro hombre providencial? ¡Preocupante!

O pudo parecer un estratega del órdago que está acostumbrado a ganar pulsos millonarios con ese sistema. Uno de esos órdagos se lo echó a la CIA comparándola con algunas instituciones del fascismo. Y, al día siguiente de su toma de posesión, los visitó para decirles que los quería mucho y que siempre los defendería. ¿Qué es lo que ha ganado ya? ¡Arriesgado!

Quizás un populista bravucón. «Vamos a quitarle el poder a Washington y devolvéroslo a vosotros?». ¿Qué poder? ¿El del Congreso y Senado ubicados en esa ciudad? ¡No será! ¿A que no? ¿Y a quién le devolverá ese ‘otro’ poder? No podrá ser más que a los representantes del pueblo en el Congreso y Senado ¿verdad? ¿Entonces? Y más: «Seguiremos dos simples reglas: comprar productos de EEUU y contratar a estadounidenses». ¿En un mundo globalizado? ¡Fantasmagórico!

¿Y si fuera las tres cosas a la vez? ¡Peligroso!. ¿Y si, además, fuese un iluminado? ¡Trágico! Como dice el Papa: ¡vamos a esperar! ¿Reaccionará Europa?