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Celeste y rosa

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21 may 2016 / 10:20 h - Actualizado: 21 may 2016 / 10:20 h.
"Cofradías","Pareja de escoltas"

El 24 de mayo tiene esos colores tan propios de los atardeceres de la ciudad y su vega. Son los de María Auxiliadora, la devoción de Don Bosco, de sus hijos los salesianos y de cuantos han pasado por las aulas de sus colegios. Y será esta devoción la que, sin necesidad de hermandades al uso, salga a las calles de la Trinidad, el Polígono Sur, San Vicente, Nervión y Triana en una fe multiplicada, plena de alegría, en la que participan familias enteras: los estudiantes, sus padres y abuelos que, tal vez, pasaron por sus mismas aulas. Es difícil ver procesiones donde haya más sonrisas en los rostros, más ambiente de fiesta grande, de celebración gozosa; donde los hijos preguntan quiénes son esas personas que con tanto cariño nos saludan y abrazan, de las que recordamos sus nombres y apellidos al completo como una letanía, y que, sin embargo, ellos nunca antes habían visto. Nos preguntan y les decimos que eran compañeros de clase, les referimos anécdotas tan vivas que parece que hubieran ocurrido ayer. Los salesianos han sido pioneros en esas cosas tan modernas para algunos como la atención a la diferencia, los proyectos educativos de largo aliento, la formación profesional, la enseñanza en valores, la coeducación... y en mostrar una religión que, lejos de oprimir, libera a quien se fía del Auxilio de María. Y porque no es nostalgia, sino recuerdo vivo, seremos muchos los que iremos a rezar a sus plantas. Que amor solo con amor se paga.