Los certificados de depósito son productos de inversión a medio camino entre la cuenta de ahorros y la inversión en bolsa. Por ello, normalmente tienen mayor rentabilidad que una cuenta de ahorros y menor de la que puede ofrecer la bolsa. Con relación al riesgo asumido, este producto también se encuentra a medio camino por lo que puede tenerse más como una inversión conservadora que una de riesgo.
Los certificados de depósito tienen fecha de vencimiento pudiendo ir desde los tres meses hasta los 20 años. El inversor que desee retirar su inversión anticipadamente, antes de la fecha de vencimiento, deberá pagar una penalización económica por ello.
Una de las ventajas para los inversores conservadores que les brindan los certificados de depósito se encuentra en que, pese a tener retenido su capital durante un plazo determinado, los intereses generados por estos productos suelen ser algo mayores que los que suelen rentar las cuentas de ahorro y otros instrumentos de inversión de bajo riesgo como por ejemplo las Letras del Tesoro.
Con los certificados de depósito se suele obtener intereses compuestos, es decir, que cuando se hace un pago de intereses, estos quedan depositados en el propio certificado de depósito, y la próxima vez que se genere un pago de intereses, se calculará sobre el monto total del nuevo principal. En consecuencia, aunque el porcentaje de ganancias permanezca invariable durante todo la duración del certificado de depósito, la cantidad de intereses generados aumentará de la misma manera que lo haga el principal. Cuando el certificado de depósito alcanza su fecha de vencimiento, el inversor recibirá el montante total que había depositado más el incremento del principal y los intereses devengados