Este verano tenemos Juego Olímpicos y acabo de conocer una noticia que me aclara por qué les hace tanta ilusión a los atletas acudir a los mismos.
El Comité Olímpico Internacional va a repartir entre los atletas 450.000 condones, 100.000 preservativos femeninos y 175.000 botes de lubricante. Más que el COI, Comité Olímpico Internacional, parece el COITO, Comité Olímpico de Toledo, por aquello de clavarla hasta la empuñadura, como reza el dicho. Más de 42 condones por atleta, para 17 días de competición. Salvo que además del Salto de Atura y Salto de Longitud se haya incluido el Salto del Tigre como disciplina Olímpica, no me lo explico. También podría ser que además de Levantamiento de Peso se celebren competiciones de Levantamiento de Otras Cosas, sin Viagra de por medio, que eso es doping.
Desconozco también si en Brasil el TETO será disciplina olímpica pero, vistos los números, no me extrañaría nada. Ahora empiezo a explicarme por qué los atletas olímpicos dicen que «lo importante es participar». De la idea primigenia del Barón de Coubertain hemos pasado a las del Barón del Cobertor, bajo cuyo cálido tejido los atletas acortarán el lema olímpico de Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte) para dejarlo solo en Citius, Fortius (más rápido y más fuerte) o sea: «Acaba pronto, Antonio, que mañana tengo jabalina a las ocho». Ya me explico yo lo de la mínima olímpica. Y es que allí, a la mínima... cae alguien. Y a las medallas... que les den. También.