Cuando el auge del turismo desborda los centros de las grandes ciudades y las zonas de costa y llena bares y restaurantes, llega la hora de descubrir la cocina de hoteles y clubs de golf que brindan al viajero espacios amplios y remansos de tranquilidad. La semana pasada tuve la ocasión de comprobar esta tendencia con dos botones de muestra: un hotel en Sevilla y un club de golf en la Costa del Sol.
En la terraza-mirador del hotel Vincci La Rábida se presentó, en un almuerzo, la marca promocional Sabor a Málaga con el incomparable telón de fondo de la catedral hispalense. Vinos, aceites, quesos y embutidos de la provincia hermana permitieron conocer la iniciativa de la Diputación malagueña, que merece ser trasplantada a las restantes provincias andaluzas.
El encuentro gastronómico celebrado en el restaurante L’Olive de La Reserva Club de Sotogrande para dar a conocer la renovada oferta de sus fogones de la mano del chef Jaime Pérez y la jefa de cocina, Cristina Gutiérrez, sirvió para contrastar el enorme atractivo que brinda un entorno privilegiado y una excelente relación calidad-precio que desmonta el mito de lo «prohibitivo» de los lugares relacionados con el golf.
La cita en Sotogrande tuvo como prólogo la compra en el mercado municipal de Marbella y en el distribuidor hortofrutícola Eladio, en San Pedro de Alcántara, de algunos de los ingredientes del menú de la cena. Eladio abastece a los mejores hoteles y restaurantes de la Costa del Sol y reúne la enorme variedad de frutas y verduras que se producen hoy en las provincias de Málaga, Granada y Almería.
Hay que animarse a conocer los restaurantes de hoteles y clubs de golf porque reservan agradables sorpresas, ambientes tranquilos y entornos relajantes desde la mañana a la noche. Hay alternativas a la saturación que empieza a divisarse en algunos destinos turísticos y no faltan propuestas innovadoras en Andalucía, tanto en la costa como en el interior.