Cómo analizar compañías petroleras

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07 mar 2019 / 17:47 h - Actualizado: 07 mar 2019 / 17:48 h.
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Antes de invertir en una compañía petrolera o gasística sería interesante que el inversor conociera algo del negocio petrolero a fin de poder analizar con cierta fiabilidad la evolución de la empresa en la que va depositar su patrimonio. Por ello, en primer lugar debería conocer cómo funciona este tipo de negocio.

El negocio petrolero consta de cuatro fases:

· La exploración o prospección de yacimientos,

· la extracción o producción propiamente dicha,

· el refino y

· el marketing o comercialización.

La primera de las fases, como su propio nombre indica consiste en la exploración de un terreno para determinar si existe en esa zona o no y en qué cantidades aproximadas. Determinar la cantidad aproximada es importante para poder decidir si es rentable o no para la empresa la explotación ese yacimiento con la tecnología disponible en ese momento.

La segunda fase la constituye la extracción o producción del que se halla en el interior del yacimiento. Existe una gran diferencia entre unos yacimientos y otros en cuanto al coste de extracción pues no es igual la extracción en un terreno sin accidentes geológicos -por ejemplo el desierto-, que de un yacimiento debajo de un manto de roca a 1.500 o 2.000 metros de profundidad bajo el nivel del mar. Esto hace que extraer petróleo de algunos yacimientos sólo sea rentable cuando los precios del petróleo en el mercado
internacional son muy altos y no cuando estos son bajos. Igualmente es muy importante el volumen de crudo que contiene el yacimiento, puesto que los costes fijos soportados por las compañías para extraer petróleo son muy altos. Por esto último, los yacimientos de fácil extracción tienen un mayor margen de beneficio.

La siguiente fase la constituye el refino. Para ello, el petróleo es trasladado desde el yacimiento donde ha sido extraído, en petroleros o mediante oleoductos, hasta las refinerías, donde es convertido en distintos
subproductos tales como queroseno, gasolina, diesel y varios productos químicos más. El negocio químico está estrechamente relacionado con el del refino del petróleo y por ello todas las empresas petroleras suelen tener una división química pese a que este tipo de negocio es muy cíclico, sufriendo grandes altibajos en función del ciclo económico. Ello no obstante, la división química de las empresas petroleras les evita depender de terceras empresas para llevar a cabo la transformación del petróleo en los distintos subproductos que salen de él.

En último lugar se encuentra la fase de marketing o comercialización. Este lo forma la red a través de la cual se venden los distintos subproductos -gasolina, diesel, queroseno, etc.- producidos en las refinerías. Esta red la constituyen las gasolineras, los puntos de venta de combustible para aviones
y barcos en aeropuertos y puertos, etc. Las dos primeras fases del negocio petrolero, es decir la exploración o prospección de yacimientos y la extracción o producción, están muy relacionadas entre si y la unión de ambas se denomina Upstream.

Las dos últimas fases, es decir, el refino y marketing o comercialización, también están muy interrelacionadas y la unión de ambas se denomina Downstream. La actividad de Upstream suele desarrollarse en países de alto riesgo político o económico, mientras que la de Downstream normalmente tiene lugar fuera de estos países, generalmente en los lugares donde suele estar ubicada la empresa
petrolífera.

Un inversor interesado en la adquirir títulos de una empresa petrolera debería tener en cuenta, una serie de factores que le pueden indicar la fortaleza y salud financiera de este tipo de compañías. Entre estos factores se encuentran el volumen de reservas, la producción y el BEP.

El volumen de reservas lo constituye la cantidad de barriles de que aún no han sido extraídos de los yacimientos que posee la empresa. Hay que aclarar que las reservas no son exactamente la cantidad de que existe en el yacimiento, sino la cantidad de que se puede extraer, de manera rentable, con la tecnología actual.


Las compañías petroleras pueden aumentar el volumen de sus reservas de maneras distintas, a saber, mediante el descubrimiento de nuevos yacimientos o, en segundo lugar, con la puesta en práctica de nuevas tecnologías que permitan la extracción del crudo en los yacimientos ya existentes a menor
coste, lo que redundará en un mayor aprovechamiento del yacimiento y, por ello, mayor rentabilidad.


Otro factor a tener en cuenta por el inversor es el volumen de producción de petróleo de la empresa que se mide por el número de barriles de que la empresa ha extraído de sus yacimientos durante un período temporal -anual, trimestral, etc.


El tercer y último factor a tener en cuenta es el denominado BEP o barriles equivalentes de petróleo. Las compañías petrolíferas suelen dedicarse también al negocio del gas puesto que muchos yacimientos contienen los dos combustibles al mismo tiempo. Por eso las compañías suelen usar el concepto de
BEP para presentar unas estadísticas e informes más claros y significativos. Evidentemente, siempre especifican las cantidades de y de gas por separado en sus informes, pero este concepto ayuda a condensar y homogeneizar la información.


Ya se ha apuntado que el volumen de petróleo se mide en barriles. Un barril de son unos 160 litros aproximadamente. Ha de tenerse en cuenta igualmente que no todo el es de la misma calidad ni tiene el mismo precio de venta en el mercado; así, existen distintos tipos como el Brendt, el
West Texas, Dubai, etc. Mientras más impurezas haya tiene un menos valor, ya que resulta más caro refinarlo y transformarlo en productos útiles y que cumplan las normativas medioambientales.


El negocio del gas natural va parejo al negocio petrolífero y tiene, por tanto, unas fases muy similares, tanto que, en muchas ocasiones, los yacimientos de petróleo también contienen gas natural. En
el negocio de gas natural también se dan cuatro fases como en el negocio petrolífero, a saber, la exploración o prospección del yacimiento, la extracción o producción, la distribución y la comercialización.


Diferencia entre el negocio gasístico y el petrolífero

La diferencia estriba en su transporte, ya que, en ocasiones, no es rentable transportarlo tal como se extrae en su estado gaseoso natural a través de gaseoductos, por lo que, en este caso hay que transformarlo antes de su transporte. En tales supuestos, hay que llevar a cabo tres operaciones antes de proceder a su transporte.


La primera de las citadas operaciones es la denominada licuefacción, que consiste en la transformación del estado gaseoso hasta convertirlo en líquido, al objeto de reducir su volumen y hacer rentable su transporte. Una vez licuado, se lleva a cabo su transporte en buques metaneros y, por último, una
vez recibido el gas en su destino, se vuelve a transformar su estado de líquido a gaseoso.


El conjunto de estas tres operaciones, necesarias para el transporte del gas hasta los lugares de comercialización se denomina Midstream.


Los buques metaneros transportan por tanto GNL, abreviatura de Gas Natural Licuado, denominándose BCM que significa billones de metros cúbicos- la unidad habitualmente usada en el sector al hablar de grandes cantidades de gas natural.


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