Cómo hacer turismo ‘slow’

La Semana Santa es una de las fechas claves para el turismo andaluz y ya hay establecimientos que tienen un compromiso ecológico adquirido para que el turismo sea una actividad sostenible. En Andalucía hay recursos on line para el turismo responsable y poco a poco se va acuñando el concepto de turismo ‘slow’.

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Ricardo Gamaza RicardoGamaza
12 abr 2019 / 08:01 h - Actualizado: 12 abr 2019 / 19:04 h.
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Sol y playa, naturaleza, cultura... el turismo es una de las actividades económicas que más caras ofrece y tal vez por eso es uno de los principales motores de creación de empleo y recursos de España. En el caso de Andalucía, una franja litoral de casi 1.100 kilómetros, desde la frontera onubense con Portugal limitada por el río Guadiana, hasta el almeriense Cabo de Gata, permite disfrutar de una multitud de playas que convierten esta Comunidad Autónoma en un reclamo turístico nacional e internacional a la que se suma una red de espacio naturales protegidos que no sólo complementa la oferta turística, sino que de hecho la amplía hacia el interior. Una oferta que se expone y sobre la que se han desarrollado desde la Administración andaluza aplicaciones para su puesta en valor, como el visualizador de playas andaluzas, o el seguimiento on line de la calidad de las aguas litorales, entre otras.

Para Andalucía el turismo ha sido siempre la gallina de los huevos de oro. De ahí que se haya trabajado fervientemente por mantener la calidad de estos ecosistemas que, además de sus valores naturales con endemismos propios, supone una fuente de creación de empleo siendo el principal aporte de ingresos al PIB andaluz.

Sin embargo, el turismo es una actividad que requiere de un grado de compromiso de la ciudadanía. Los impactos sobre los territorios vinculados estrechamente al turismo son exponenciales cuando se multiplica hasta por cuatro la población soportada, como sucede en estas fechas en muchas zonas litorales andaluzas. El consumo y sus consecuencias más directas: la generación de residuos, se convierte en un problema que se sobredimensiona en localidades que en muchos casos tratan a duras penas de solucionar sus problemas de desechos con medios públicos pensados e ideados para otra escala poblacional.

En nuestra sociedad el turismo está estrechamente ligado al consumo. Por eso se impone un cambio de mentalidad que lejos de rechazar el consumismo, lo racionalice llevando a cabo un consumo responsable. La Organización Mundial del Turismo (OMT), el organismo de las Naciones Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos, define el turismo sostenible como una actividad que “atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida”. Pero la OMT no se queda sólo en la definición, sino que también plantea una serie de requisitos fundamentales para poder llevar a cabo lo que se está empezando a denominar como turismo ‘slow’, ecoturismo o turismo responsable. Se trata de nueve consideraciones esenciales: La minimización de los residuos, conservación y gestión de la energía, buena gestión del agua, control de sustancias contaminantes, transporte sostenible, planeamiento urbanístico respetuoso, compromiso ambiental de políticos y ciudadanía, diseño de programas para la sostenibilidad y colaboración para el desarrollo turístico sostenible.

El sector hostelero, donde se generan la mayoría de los residuos en el periodo estival, ha sido el primero en tomar conciencia del problema. Por eso hay cadenas que trabajan bajo parámetros muy exigentes de ética sostenible para potenciar un turismo responsable y un compromiso medioambiental. Es el caso de OD Hoteles, una pequeña cadena fundada en 2009 y que sólo cuenta con 5 establecimientos en Ibiza, Mallorca y Barcelona, pero que pese a no ser una gran cadena hotelera ha sido la pionera en abrir el camino hacia el compromiso ecológico de los establecimientos hoteleros. Un camino que le ha valido en la última edición de FITUR para ser galardonado como el ‘Mejor proyecto en sostenibilidad y rehabilitación hotelera de España’ por sus parámetros sostenibilidad global y del edificio, RSC y Patrimonio y accesibilidad universal, basándose en los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Para hacer real este compromiso, OD Hoteles ha llevado a cabo cuestiones claves como como la reutilización, revitalización y revalorización de edificios en desuso. “Edificios fabulosos que un día tuvieron historia y alma y que se encuentran en desuso; inmuebles que antiguamente fueron bancos, oficinas o, incluso, alojamientos turísticos que se abandonaron y que hoy renacen para disfrutar de una segunda vida, manteniendo, siempre que es posible, rasgos de su esencia original como parte de una fachada, detalles de su estructura o elementos artísticos”, aseguran desde la cadena y recalcan que el objetivo es “revitalizar el edificio y la zona”.

Otra de las cuestiones que OD Hoteles dice llevar en su ADN empresarial es la creación de instalaciones ‘eco friendly’ que incluyen jardines en azoteas y fachadas, paneles solares, un aislamiento eficiente de sus edificios o sistemas innovadores de regulación de la temperatura que pueden reducir hasta un 35% el consumo de energía, además de apostar por la entrada de luz natural a su interior. La conciencia ecológica se palpa también en elementos tan dispares como sistemas de geotermia para caldear los inmuebles o la construcción prioritaria con materiales locales como la piedra seca. Una gastronomía que apuesta, en gran medida, por productos mediterráneos, locales, de km.0, es decir, que se consumen en el lugar de origen (aceite de oliva, aceitunas, sobrasada...), y un plan de e-mobility para sus huéspedes ofreciendo una opción de transporte responsable con el entorno, incluyendo Smarts eléctricos de cortesía en sus habitaciones superiores, complementan el compromiso ecológico de esta cadena.