Como tú. Como yo

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08 jun 2018 / 22:30 h - Actualizado: 09 jun 2018 / 16:09 h.
"Sevilla Al Minuto"

Nunca un nuevo gobierno había conseguido tanto en unas pocas horas. Ni la impetuosidad popular con la que desembarcó José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa es comparable con lo conseguido por el recién estrenado presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pocas veces se había escuchado a tantas personas hablar de los nuevos ministros de un ejecutivo. En la parada del autobús, en cualquier centro de trabajo, en el ambulatorio, en el mercado... Durante esta semana, todos hemos estado pendientes de los nombramientos ministeriales. Y es que, a cada nombre hecho público, una sorpresa. Parece que la sociedad española se ha reconciliado con la clase política y ese es un logro que hay que atribuirle a Pedro Sánchez.

Pero el éxito de este Gobierno –esperemos que continúe en la senda– no solo es cuestión de un plantel llamativo y sorprendente. No. La actitud de los ministros, sus primeras palabras ante la prensa, sus gestos... Todo eso ha contribuido a propiciar ese acercamiento que, durante tanto tiempo, hemos echado en falta. Quien se iba a imaginar a un ministro de Deportes despidiéndose de la selección española reconociendo que no era muy asiduo a la práctica deportiva. Afortunadamente incorrecto y poco protocolario. Pero es que, precisamente eso era lo que España necesitaba y quería. Naturalidad.

Pero sin duda, quien más ha hecho, y probablemente sin darse cuenta, ha sido el recién estrenado ministro del Interior, Fernando Grande–Marlaska. Él, sin ningún tipo de tapujos, agradeció a su marido el apoyo que durante tanto tiempo le ha mostrado. Y lo que no debería –a estas alturas– haber llamado la atención, la llamó. Y es que, son muchos los que todavía utilizan eufemismos –pareja, compañero u otra palabra por el estilo– para referirse a una pareja homosexual casada. Él lo hizo de forma libre, voluntaria y pública. Llamó a las cosas por su nombre, desempolvando la imagen de una España libre, sin ataduras y a la vanguardia que, durante años, los ciudadanos consiguieron y que el Partido Popular y el gobierno de Mariano Rajoy consiguieron maquillar en solo unos meses. Curiosamente, el PP intentó tumbar con un recurso en los tribunales el derecho de las parejas homosexuales a casarse.

Hace solo unos días, Grande–Marlaska nos hizo ilusionarnos. Por primera vez, después de mucho tiempo, creemos que otra España es posible. Ahora toca la hora de demostrarlo, de demostrar que esa moción de censura y esa forma repentina de llegar al poder ha merecido la pena. Estoy convencido de que así será. Lo estoy porque creo en un equipo de mujeres y hombres que parecen estar muy cerca de la ciudadanía, que quiere trabajar por todos los españoles, que cree en lo que dice. Un grupo gubernamental fiel reflejo de la sociedad.