Con la ilusión del primer día

Image
07 may 2015 / 12:47 h - Actualizado: 07 may 2015 / 12:49 h.
"Deportes","Sevilla FC"
  • Con la ilusión del primer día

La noche de hoy vuelve a ser mágica en Nervión. El Sevilla Fútbol Club vuelve a estar ahí, a las puertas de una nueva final europea. Con lo que ha llovido, con la de veces que se ha visto ahí. Parece mentira. A veces creo que el sevillismo no es consciente de lo que su equipo ha conseguido. Tanto que parece algo normal cuando hace unos años aquella semifinal ante el Schalke cortaba la respiración al más pintado. Quién no recuerda las lágrimas de aquel sevillista cuando Luis Fabiano marcó en aquella primera final. O cómo se tiró la gente a la calle para celebrar ese título. Hubo quien en quince meses no salió de la Puerta de Jerez, que decía el chiste...

Un sueño, una nube que parecía pasajera y de la que este Sevilla no se ha querido bajar. Y ojalá no se baje nunca. Casi diez años después, ahí sigue, con la ilusión del primer día y con las ganas de seguir llenando las vitrinas del Ramón Sánchez-Pizjuán de trofeos. Una seña de identidad, un obsequio impagable a la casta y el coraje y el mejor aval para seguir soñando. Hay quien piensa, y quien le escribe así lo comparte, que conformarse con lo que se tiene es de mediocres. Se compite para ganar y se gana para ser grande. Este club ha ganado y se ha hecho grande, quizá más de lo que imaginaba, pero no por ello va a conformarse. El Sevilla, el sevillismo pide y quiere más y sólo por ello tiene la obligación de saltar esta noche al verde de Nervión con la convicción de que esta es su copa. Porque ya lo fue, porque lo sigue siendo y porque sólo el Sevilla tiene la oportunidad de convertirse en el mejor equipo que ha disputado esta competición si la gana por cuarta vez. No es moco de pavo, ni será fácil. Los italianos saben competir y ahí está el resultado: han colado dos equipos entre los cuatro mejores de la segunda competición continental este año. Pero no hay que tener miedo. Si alguien sabe de qué va esto, son los que hoy van de blanco y rojo. Lo que no significa que haya que confiarse, ni mucho menos. Hay que pelear, otra vez, como lo hizo antes y como tendrá que seguir haciéndolo. Esta noche, como si fuera el Schalke. Miren a las nubes y recuerden quién vive ahí; esa es la ilusión y el camino. Disfruten.