Con permiso». Con esta frase se cuela, cada martes del año y todos los jueves de Cuaresma y hasta Pentecostés, Víctor García-Rayo en el hogar de miles de sevillanos desde El Correo TV. La Pasión es un clásico en la televisión local que, sin embargo, tiene miles de seguidores en toda España y repartidos por el mundo: sevillanos en la diáspora y amantes de nuestra Semana Santa independientemente de su cuna.
«Con permiso» arranca también cada una de las transmisiones de las jornadas de Semana Santa, que para los que hacemos El Correo, en papel, en la web o en la televisión, comienza el Viernes de Dolores y termina en Santa Marina el Domingo de Resurrección. Transmisiones que, pese a que haya pasos en la calle, mantiene sentadas frente al televisor a cientos de personas que no pueden salir a disfrutar de las cofradías, y vuelve a enganchar, cuando ya se han recogido, a los que sí han podido presenciarlas en la calle con la redifusión; y, aunque parezca mentira, vuelve a hacerlo a lo largo de todo el año, porque los cofrades somos así de jartibles o porque están hechas con tal profesionalidad, desde el cámara al presentador, pasando por los realizadores o el productor, y cariño por nuestras tradiciones –además de devoción por nuestros titulares– que lo que se ve trasciende la pantalla.
«Con permiso», la información cofradiera que ofrece El Correo en cualquiera de sus formatos tiene el sello de la veracidad que da el trabajo bien hecho, que empieza por contrastar cada uno de los datos que recibimos, sea de la fuente que sea, y continúa por cultivar las mejores fuentes para que nuestros lectores y telespectadores tengan siempre la certeza de que lo que reciben con esta marca no es un bulo, una fake news o una opinión sin fundamentar, porque tras estas páginas, esta pantalla del ordenador o del móvil o la tablet, tras su televisor, hay un equipo de profesionales comprometidos y conocedores de lo que significa El Correo, una cabecera con cerca de 120 años de historia fundada por un arzobispo camino de ser santo –Marcelo Spínola– y sostenida a lo largo del tiempo por instituciones y empresarios convencidos del servicio social que presta.
Por esta cotidianidad, por este estar presente desde hace más de un siglo en la vida de los sevillanos, por este «con permiso» que tiene su sitio reservado cada día en nuestros hogares, todos entendemos esos memes en los que, se trate del acontecimiento del que se trate, siempre hay alguien viendo El Correo TV. ¿Han visto el del sevillano controlando el VAR del Mundial de Rusia? Pues ahí lo tiene. Por esto, la empresa editora de El Correo, Morera & Vallejo, va a luchar con todas las armas judiciales por seguir llevando a sus hogares Sevilla, con sus luces y sus sombras. Y, con el respaldo de los trabajadores, buscará las vías para seguir cumpliendo su compromiso con los sevillanos.