Lo de buena parte de los políticos españoles es formidable. Dicen unas cosas tan tontas, tan vacías y tan extravagantes, que da miedo pensar en ellas, miedo pensar en manos de quién estamos o estaremos.
Isabel Díaz Ayuso, que es la candidata del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad de Madrid, ha prometido dar "pleno derecho de todas las ayudas y rebajas fiscales" a los "concebidos no nacidos una vez que una mujer está embarazada". Todo esto pasaría si llega a ser presidenta, claro.
Sí, como lo oyen. Esto no es una broma o un fake. Por ejemplo, una madre de dos niños se queda embarazada y ya puede pedir el título de familia numerosa. A lo loco, sin filtros. ¿Cómo lo ven? Desde ya mismo los no nacidos y sí concebidos van a contar como uno más. Lo que no sabemos es si van a poder elegir el nombre ellos mismos antes de nacer o si van a poder matricularse en la guardería que elijan después de valorar las diferentes opciones y esas cosas.
Me dicen que algunos políticos están estudiando la posibilidad de proponer que los trabajadores, pero no jubilados, cobren la pensión a partir de los 58 años por si la palman antes de tiempo porque eso sería una faena; y estando en plena campaña se pueden hacer concesiones por doquier. Eso por un lado y por otro, me dicen, están estudiando la posibilidad de poder votar siendo adolescente no adulto. Las mentes pensantes de los partidos políticos están enloquecidas buscando posibles soluciones puesto que pueden ser unos caladeros de votos muy interesantes.
Acabamos de comenzar la campaña y ya tenemos concebidos no nacidos con carnet de familia numerosa escondido en los patucos, tenemos un salario mínimo interprofesional que sube y baja sin control dependiendo de cómo se alinean los planetas, las mujeres van a tener la oportunidad de saber lo que llevan dentro cuando están embarazadas, neandertales cortando cabezas a los recién nacidos, es decir, lo que se viene conociendo como abortar niños nacidos (oh, adiós al título de familia numerosa y al bono social de la luz conseguido sumando concebidos y no nacidos). Podemos estar tranquilos porque dentro de muy pocos días tendremos una pipa en la mesilla para sentirnos seguros, incluso dos dependiendo de la gente de bien de la que se trate, algo que los españoles llevan pidiendo a gritos desde hace años y años. Incluso tenemos la posibilidad de mandar a nuestros hijos gais a algún obispado patrio para que les curen esa enfermedad tan molesta que les convierte en seres contra natura; un cursillo de nada y, voilà, otro maricón curado, dice uno con sotana.
Yo no sé lo que va a ser esto los próximos días, pero si los políticos siguen acumulando bobadas esto va a ser un festival de luz y de color. Qué maravilla escuchar tanta tontería en boca de los que pretenden gobernar España. No, no, me he equivocado, quería decir qué miedo.
Deberíamos sentarnos y pensar un momento. Esto no puede ser, no podemos ir a votar pensando que, sea la que sea la papeleta elegida, estemos cometiendo un error. Nos jugamos muchas cosas al votar. Un desliz se puede perdonar porque alguien que está hablando todos los días y a todas horas se puede equivocar. Pero decir idiotez tras idiotez o disparate tras disparate, lo único que dibuja es un futuro desolador.
¿Estamos dispuestos a que nos traten como tontos de baba? ¿De verdad?