Conspiraciones con palanca

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30 ene 2017 / 22:12 h - Actualizado: 30 ene 2017 / 22:15 h.
"Hispalíneas"

A esa palabra que ha inundado las páginas de los periódicos, posverdad, desde siempre se la llamó aquí calumnia. La calumnia no es, simplemente, una mentira sino una noticia envuelta en la verosimilitud, o sea, en un parecido a verdad. De ahí que pasara a la verdad de los refranes: «Calumnia, que algo queda». La calumnia necesita de una palanca («Dadme una palanca y moveré el mundo», dijo Arquímedes) y ésta se puede construir consciente o inconscientemente desde muchos ángulos, incluso desde el judicial. En este terreno la jueza Alaya –consciente o inconsciente– ha sido una especialista que, vistiéndose de Hércules Poirot, encontraba el punto de partida en Asesinato en el Orient Express. El de estos días es ése en el que se halla Antonio Torrijos, dirigente de IU y exconcejal de Sevilla.

Con una diferencia. En los argumentos de Agatha Christie el punto básico es la motivación que, en el Caso Mercasevilla, sería el dinero. Pero si en el cambio de procedimiento –subasta o concurso– no aparece el lucro, ¿por qué cambiarlo? Donde el sentido común diría que el concejal buscaba una innovación que le diera el lógico prestigio político, el de la juez encuentra una conspiración, ilógica sin una palanca pero válida si alguien pone el apoyo de la verosimilitud. ¿Quien lo puso en otros de «corrupción sin lucro» de la izquierda? Pues, aunque parezca paradójico, IU criminalizando políticamente (el de los ERE, en las personas de Chaves y Griñán) otros casos. Probablemente, sin IU, Agatha Alaya no hubiera podido imaginar esos argumentos conspirativos.