Esta semana hemos conocido la oferta de la compañía de telecomunicaciones AT&T por el conglomerado de contenidos Time Warner. La cifra es 73.428 millones de euros. Unas tres veces el presupuesto de la Junta de Andalucía. Esta operación es similar a la acontecida en España cuando Telefónica compró Canal Plus. Y para poner un símil, es el dueño de la autopista quien compra la compañía de camiones que van por sus carreteras y algunas fábricas de los productos que van en esos camiones.
Si eres de una empresa de teléfonos sabes que el desarrollo tecnológico y la competencia llevan de forma evidente a que cada vez los ingresos y los resultados, sean menos estables. La única forma, pues, de ampliar tus beneficios es adquirir empresas o negocios que entiendas y puedas manejar con sinergias. Si como Telefónica tienes una red digital, es normal que vendas paquetes de TV que van por esa misma red. Además que estas uniones den la posibilidad de vender paquetes atractivos para los clientes; teléfono fijo, red digital, TV, móvil, etc.
¿Cómo afecta esto a la cultura? En principio tenía que ser una actividad neutra pues los contenidos tienen que seguir siendo fabricados por empresas, y en el caso de Europa, por compañías independientes –sin participación de los operadores de TV– en un porcentaje importante. Pero esto es la teoría.
Si analizamos, por ejemplo, que a HBO, su pertenencia a AT&T le da una potencia de comercialización mundial y una estrategia de inversión mucho más agresiva. Para que lo tengamos claro, además, los telefónicos americanos se llevan también el TBS –con el paquete más importante de películas clásicas de Hollywood– la cadena de noticias CNN y el estudio de cine Warner Bros, entre otras. Esto pone a temblar a Netflix, que como operador de streaming solo puede ofrecer el producto que fabrica: poco para ser atractivo o aquel que le venden otros, que son propiedad de la red por donde viaja el video a demanda.
La verbena no ha hecho más que empezar y a nosotros la industria cultural, como casi, siempre nos coge pensando en cómo llegar a final de mes.