Coronemos a la Paz

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30 sep 2016 / 23:25 h - Actualizado: 30 sep 2016 / 23:25 h.
"Cofradías","La Paz"

La preciosa diadema de los hermanos Delgado —verdadero prodigio donde el aire del Porvenir ha quedado repujado en plata— y la exquisita restauración de la corona de Juan Fernández que hoy se impone solemnemente a la Virgen de la Paz deberían servir de símbolo que preludiara cómo es la misma Paz quien necesita ser coronada. Uno que tiene el vicio de leer, y lee hasta la Biblia, no puede evitar recordar al profeta Isaías: «El producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua». En ese orden: primero, crear un mundo justo; después, como consecuencia, una paz que va más allá de la ausencia de amenazas. Es el convencimiento, también profético, de que existe un ideal donde la felicidad se alcanza mediante la armonía social; de modo que no sea yo quien viva bien, sino que todos podamos vivir mejor. Casi tres milenios tienen aquellas palabras y avanzamos en sentido inverso, como los cangrejos. El siglo XX alcanzó simas difíciles de predecir, pero el XXI no lleva mejor camino: Nueva York, Madrid, París, Niza, Alepo... No hay religión mayoritaria que no la proclame entre sus principios, pero los intereses particulares nos hacen olvidar que la Paz es un misterio que cuesta ver si no es cada Domingo de Ramos. Hoy celebraremos la jornada de la Paz según Sevilla. Ojalá se note y cuantos vayamos a contemplarla en su paso, filigrana de luz y cera, pongamos lo nuestro para conseguirla. Y empecemos por lo más cercano. ~