Corpus de Sevilla

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28 may 2016 / 23:52 h - Actualizado: 28 may 2016 / 23:52 h.
"Cofradías","Corpus Christi"

Las tradiciones se van adaptando a los tiempos y al antojo de quién las cuida. El Corpus es un ejemplo de ello. Si hay más gente dentro que fuera del cortejo es porque algo pasa. Si los integrantes suman 4.000 personas, también es digno de estudio; y si todo esto confluye con una salida más temprana, creo que el formato debe repensarse. A lo mejor no tendría sentido todo lo que se monta en cuanto a pasos, custodia y altares (este año de una presencia tan escasa que uno llega a pensar que se han evaporado las priostías ante las desavenencias con el jurado y las condiciones del Ayuntamiento) si no habláramos del núcleo de la cuestión: el culto al Santísimo. Los que no hemos conocido las épocas de esplendor de esta fiesta, deberíamos de tener un sabor amargo ante la llegada de esta celebración religiosa. Porque me niego a pensar que Sevilla vaya a ir descafeinándose poco a poco y hasta diluyéndose, como ha ocurrido tantas veces que hemos visto caer por herida de muerte una de nuestras fiestas. Ha cambiado la perspectiva y aunque ya existieran, este domingo es tiempo de Corpus de los barrios, como los de Triana y la Magdalena; y de los pueblos.

En esta Sevilla nuestra, por desgracia, parece que si se agota el formato –para muchos– puede descentrarse la verdadera importancia de lo que vemos, oímos y hasta celebramos. El formato es claro, hondo y conciso. Creer sin ver. Y es que habiéndonos acostumbrado a paso, banda y gentío es normal que no le llame nada la atención. Pero entonces no habremos comprendido nada. El que diga que todo ha sufrido una «penitencialización» puede caer en el inmenso error de despreciar la oportunidad que día a día tenemos en San Bartolomé o San Onofre de estar con el Señor.

La religión, la nuestra, no puede estar sujeta a modas. Porque es innegable, que se ve en la calle, que hay algo que falla. Se aplica la creatividad, díganle a ese cura de barrio que con poco hace mucho, si no cuesta trabajo, sacar al Señor menos de una hora.

Estamos en el camino, de la reconversión constante. Jesús, en el Sacramento del altar, ofrecido a mundo. ¿Hay algo más inmenso que eso? Ciertamente se nos puede estar escapando la percepción y el sentido de las fiestas y celebraciones que ocurren en nuestra ciudad. Nunca las impusieron, Sevilla las hizo suyas para adecuarla a su estilo y forma y sacar pecho por ellas. Hace falta esa actitud. Necesitamos la colaboración de todos. Esto no es un SOS. Es un «señores, que no aprendemos». La Iglesia sale a la calle con su pastor y nosotros con ella. Porque la Iglesia de Sevilla, mediante el Corpus, nos da lo que necesitamos en el tiempo actual sabiendo que «a Dios le sobran propagandistas y le faltan testigos», en un tiempo complicado. Feliz Domingo de Corpus Sevilla.